“Nos quedamos mudos cuando vemos que en este gobierno todo el dinero del pueblo fluye, ilegalmente, a pocas manos y lo permitimos, paradójicamente, porque ninguno de estos apátridas oculta sus desmanes.” – Cicerón (106-43 adC), sobre las causas de la muerte de la República.
Un agresivo cáncer, literalmente, corroe las entrañas del poder en Guatemala. Según lenguas viperinas, el actual gobernante padece de una enfermedad terminal para la que la medicina norteña parece no encontrar cura; por lo que bajo la guía de galenos peninsulares (de esos que hablan “con la zeta”) se están adoptando ya “tratamientos alternativos”. El círculo cercano al poder, mientras oculta esa información al público, baraja ya el desestabilizante prospecto de que un vice-presidente apodado “Perejil” (porque -por ahora, al menos- “sólo está de adorno”), entre, vengativo, a escena, por imperativo Constitucional, en el último momento; blandiendo, amenazante, el gordo “dossier” de interioridades que ha venido paciente y discretamente acumulando, tanto como escudo defensivo contra sus cercanos enemigos, cuanto como potencial y lucrativa moneda de cambio. Se enteraron -los espantados alfiles de Timo Chenko- de que fue a ofrecerlo a la candidata aquella que como la protagonista de la película brasileña “doña Flor y sus ¿cinco? maridos”, debería saber cómo utilizar pragmáticamente esos datos confidenciales. Pero resulta que la exesposa del “rey del tenis” es la candidata sin pisto de los que siempre han tenido mucho pisto, quienes, emberrinchados “por el maltrato” popular de sus “incomprendidas” contribuciones pasadas, esta vez, dizque, “no van a darle su pisto, así no más, a nadie”. Así que el -caro- “USB del vice”, por falta de adecuado comprador y mientras no suceda otra cosa, permanece sólo como potencial “futura daga”. “Por si las moscas”, los más exaltados de la banda de Alí Babá que nos desgobierna, hasta han contemplado la utilización de algún imaginativo “muñequito” jurídico (típico de güizaches impunes) para, preventivamente, defenestrar a “Perejil” y de esa manera estar preparados para una eventual -y según temen, súbita sorpresa- que pudiera poner “el cetro” de esta tropical monarquía aldeana en manos para ellos peligrosas; y hasta mencionan, en sus desvaríos de sucesión inconstitucional, a la tan mentada “Shirley”, para que sea “la nueva dos”. También -aseguran las mismas malas lenguas- algunos están contemplando la posibilidad de invocar algún ingenioso pretexto para detener el proceso eleccionario y posponerlo hasta que haya circunstancias más propicias. Pero, “la neta”, no habrá tales. La mayoría de los mafiosos es más realista, y consiguientemente, ha empezado, como las ratas de un buque condenado a hundirse, “a abandonar el barco, hasta por los lazos que lo atan al muelle”; cosa que explica, por ejemplo, el cambio de opinión del TSE en los casos de “campaña anticipada” de un candidato previamente proscrito y la suspendida controversia acerca de si dejar -o nó- “correr” a “la Sury”...
El sistema político de Guatemala, una vez más, se muestra incapaz de constituir una Oferta Política como la que requiere el electorado guatemalteco. Pero sin verdaderos partidos, el régimen experimenta incómodas divisiones en su cúpula, entre un gobierno que (como ha sido tradición en la Guatemala post-1985), aunque quiera, no logrará repetir; y los tercos que no quieren que las cosas cambien y por eso, abogan por una versión supuestamente menos “gruesa” del la misma fórmula de gobierno: Sury. Los ultraconservadores que apoyaron reticentemente a Timo Chenko la vez pasada, vuelven neciamente a creer que “la hija del general” podría ofrecer algo menos grotesco -y traicionero- que lo actual, olvidando su rol en “el jueves negro”, sus afinidades con el rey del tenis y otros mafiosos, incluyendo a parientes y compinches presos y/o sindicados por corrupción. Los actuales engolosinados con el poder del dizque doctor y “su Guelito”, sin embargo, le apuestan más bien a Zandra, por varias razones. En primer lugar, porque además de disponer de pistos independientes de la oligarquía que Sury no tiene, su amplia red “nacional” de cuestionados caciques del interior, junto a sus propios alcaldes ya dizque “comprados”, asegura “presencia efectiva” para el crucial “día D”; en segundo lugar, por su conocida habilidad para lidiar con tránsfugas cínicos de toda laya política, lo que ha suavizado su fama de “comunista”, necesario rol de “petate del muerto” que ahora, esperaba el gobierno (hasta que la “desobediencia” de sus corifeos en el TSE dispuso otra cosa), jugaría “la otra Thelma”; y por último, por la aparente aquiescencia de la Embajada que se trasladará a Cayalá (que obviamente son “chairos”, según los “fachos”), la que al contar con otro “dossier” propio, de los desmanes de doña Zandra, parece creer que la podrá mantener “a raya” en el futuro; a pesar de sus falsas promesas de “cuidarles las espaldas” a los “engelitos” que vayan de salida...
Mientras tanto, el 70% de un electorado hastiado de nuestras desvergüenzas y asqueado de lo que representan tanto Zandra como Sury, añora un líder que encabece a un amplio movimiento que “eche a los mercaderes del templo”. Que trabaje los siguientes cuatro años en pro de una verdadera república de todos los ciudadanos, alejándonos de nuestra terca realidad bipolar. Que nos enrumbe al verdadero “despegue” económico, enfrentando a un Congreso y a un Organismo Judicial que inevitablemente será hostil. Pero he aquí que el régimen descansa, para seguir aferrado al poder y frente a ese potencial desafío, sobre otra de sus herramientas: la polarización. Hay un par de candidatos a la izquierda y otros tantos a la derecha del centro, que parecen sinceros opositores del régimen. Entre ellos, dos son exaltados (uno a la derecha y el otro a la izquierda) y el resto son más anodinos (también a la derecha y a la izquierda). Este puñúsculo de candidatos, confía el régimen, dividirán a la mayoría moderada, pues aunque algunos sean verdaderos opositores del régimen, unos más estridentes y otros más sosegados, los de un lado ideológico, espantan a los del otro. Si a eso le sumamos el efecto corrosivo de la abundante “sopa de letras”, una abultada colección de opciones intrascendentes, las dos caras -hoy en disputa- del régimen, le apuestan a que una de sus ungidas, enfrentada a una atomizada oposición real, termine de todas maneras enfrentándose sola, “en segunda vuelta”, a algún “petate del muerto”; y que como hizo Timo Chenko en la elección anterior, llegue a la guayaba a pesar de su ridículo porcentaje del voto en la primera vuelta. Fue por esa razón que la “Alianza para el rescate de la auténtica República Democrática” (ARDE) intentó crear una plataforma unificada para que con una Agenda mínima común de amplio espectro (atractiva a todos los moderados, tanto los que están a la derecha como a los que están a la izquierda del centro) y con una especie de “primaria a la tortrix”, se constituyera en una efectiva -por unificada- oposición al régimen. Al no lograr esta “quimera, adelantada a su tiempo”, fue por lo mismo que ARDE intentó “montarse” en un primer vehículo electoral ajeno, aparentemente disponible, también sin éxito. Y es la razón por la que negándose a darse por vencida antes de que termine el juego, aún espera “colarse entre las rendijas del sistema”, para ofrecerle al electorado la posibilidad de elegir a un auténtico Ejecutivo rebelde. Uno que llegará a unir a la sociedad, para cambiar al sistema; para unir a todos los moderados, tanto de derecha como de izquierda. Para abanderar la creciente frustración del abandonado 70%. Con una propuesta que abandone la fórmula del “Estado castrado”, para poner los cimientos de una sólida clase media, plataforma y destino de un capitalismo moderno e incluyente. Uno que no crea que podemos seguirle apostando a la fórmula de “bajísimos impuestos, mano de obra barata y cero regulaciones”; sin “hacer olas”, para que dizque en un -muy distante- futuro, “la prosperidad se derrame” sobre un pueblo mantenido, a la fuerza, en la indigencia y en la ignorancia. Uno que esté decidido, sin tanta paja, a llegar a arrasar a la cleptocracia, para a darle dignidad a esta Nación...
Frente al actual desesperanzador panorama, muchos se refugian en un resignado fatalismo, en la generalización de que “todos son lo mismo” o en la protesta estéril (llamando al “voto nulo”). Así, Guatemala se encamina precipitadamente a una “peruanización” del próximo gobierno. La coyuntura se arropa de mucha incertidumbre y si a lo anterior añadimos que hay quienes entre la cleptocracia, envalentonados con la aparente impotencia de la mayoría, contemplan ya hasta desusadas formas de fraude electoral abierto, el cuadro luce desolador. Pero “el partido se acaba, hasta que se acaba el partido”. La ruta no-violenta de darle expresión a la voluntad mayoritaria aún no se ha cerrado por completo. La decadencia y falta de rumbo claro del régimen es anuncio de su inminente debacle. Esté atento, ciudadano, vienen tiempos interesantes. Su participación es importante. Usted está en el corazón de nuestra estructura informal de liderazgo. Que no nos pase como al sultán Boabdil (1460-1533), a quien su madre increpó cuando desde un cerro, lloroso, vio por última vez a la rendida ciudad de Granada, su cuna y vencida capital: “no llores hoy como mujer, lo que no supiste defender ayer como hombre”. Nó, ciudadano. No hay que abandonar ni la esperanza ni la lucha. Guatemala merece otro destino. Quien sabe, a lo mejor pronto se nos cumple aquello de que “los últimos serán los primeros”...
"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 31 de Enero de 2023"
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