Ciudadano: súmese a la Resistencia...

“...Es verdad que hemos sido y seguimos estando avasallados por el enemigo... Pero ¿se ha dicho ya la última palabra? ¿debemos abandonar toda esperanza? ¿es nuestra derrota final e irremediable? A todas esas preguntas yo respondo: ¡Nó!” - Charles de Gaulle (estadista francés, 1890-1970), en alocución radial dirigida al pueblo galo, desde Londres, el 18 de junio de 1940; al “prender la llama de la Resistencia”, en el fragor de la Segunda Guerra Mundial...

Tras haber pasado el 90% de nuestra vida independiente a merced de gobiernos que nos han mantenido aherrojados a un pasado ingrato, el pueblo guatemalteco se apresta a vivir “nuevos tiempos”. El viejo régimen político guatemalteco se precipita, sin plena conciencia de su predicamento, a su ocaso final.  Es un régimen retrógrado y corrupto, que confía, no obstante, en la eficacia de su hipócrita y cíclico “fraude estructural” y que cree firmemente que nos avasallará de nuevo en el 2027.  Envalentonados y ensoberbecidos por sus recientes victorias tácticas desde la expulsión de la CICIG: la continuada cooptación de dos poderes del Estado; la persecución de periodistas, fiscales y jueces independientes; “el ordeño” burdo y descarado del erario nacional donde sea que conserven cuotas de poder; su manipulación del MP, de la KK y del TSE; su constante prédica de que toda iniciativa reformista es “comunismo”; y ahora, su pretensión de dominar las “elecciones de segundo grado” del 2026; le hacen creer a sus corifeos y sicofantes que la paciencia del pueblo es infinita y que su poder será eterno...  

Pero nó.  Ya conocemos sus gastadas fórmulas para zamparnos diputados anónimos a su servicio,  sus sobornos y amedrentamientos en las municipalidades más apartadas y en los tribunales, sus abusivas descalificaciones de los candidatos que “no se les alineen”, su corta pero brutal propaganda vacía de contenidos reales y al final, su incondicional sumisión al paradigma conservador: bajos impuestos para la cúpula empresarial, presupuestos que no afronten la problemática social y cárcel o exilio para los disidentes.  Su vieja treta de forzarnos a elegir de Presidente, “al menos pior”. Para después, con el contubernio de un Congreso co-optado, continuar recetándonos jueces y magistrados al servicio de la vieja política y así mantener las reglas de juego de esta democracia falsa. El pacto de corruptos (pdc), financiado por un grupúsculo de irresponsables grandes empresarios (y crecientemente, por el narcotráfico y el crimen organizado), está, desde ya, “dándole vuelo” a sus viejas tácticas:  una “siembra” de miedos y desconfianzas dirigida a la clase media, a quienes asustan “con el petate del muerto”, diciéndoles que si “a la hora de la hora” no se vota por ellos, viviremos “en una Nicaragua o una Venezuela”, además de “poner en peligro la heterosexualidad de nuestros hijos”, entre otras sandeces por el estilo. Ya andan presumiendo por ahí de sus “nuevos vehículos electorales”, construyendo sus redes clientelares entre ambiciosos y cínicos oportunistas, esos desesperados por un pedazo del pastel de la corrupción; y preparándose para comprar con dádivas a nuestros conciudadanos más necesitados y más susceptibles de ser engañados.  Llevando a cabo prematuras y disimuladas campañas electoreras, recurriendo a ridículos despliegues de “golpes publicitarios” como bajar del cable de una grúa disfrazado de personaje de ciencia-ficción; o “hablar a lo macho”, con sombrero y botas vaqueras, “porque yo sí soy del pueblo”; o haciendo “videos virales” distribuidos por sus “net-centers” mercenarios, en los que insultan la inteligencia de quienes no podemos tomarlos en serio, incluyendo a la comunidad internacional.  Y propiciando que la mayoría moderada divida sus votos futuros entre varias docenas de partiditos de pacotilla. Pero ese “monstruo de mil cabezas” ya no es lo que fue: (1) sus patrocinadores ya son vistos en Washington (en consenso bipartisano) como lo que son, responsables de última instancia -por la incapacidad del régimen de ofrecer esperanza fundada en un futuro mejor- del desborde migratorio y de la proliferación del narcotráfico;  (2) el otrora manipulado Ejército ya no es fácil que sucumba a los nuevos “cantos de sirena” de otra aventura golpista; y (3) “la magia de la internet” les arrebató ya el control de la opinión pública que antes tenían, pues ya no basta con amedrentar a un puñado de dueños de medios de comunicación con “dietas publicitarias” y otras amenazas.  A la larga, están perdidos y lo saben; aunque estén dando “patadas de ahogado”.  Pero es la tarea de los verdaderos patriotas que eso suceda cuanto antes. En el 2026, primero; y luego, definitivamente, en el 2027. Para que el pacto de corruptos, que está al servicio del régimen anciano, no vuelva a dominar en los tres poderes del Estado...

No me estoy dirigiendo a usted desde una emisora clandestina, ni corre usted peligro por el simple hecho de escucharme.  No le pido que reclute a otros patriotas, a riesgo de su vida, ni que se haga de recursos para instalar una imprenta prohibida, o para volarse un depósito de armas del enemigo o para interceptar las comunicaciones de quienes nos sojuzgan.  No tiene usted que conseguir pistolas, fusiles o explosivos. No estamos, afortunadamente, en la Francia invadida por los nazis.  Sacudirnos a este régimen anciano ya no requiere de alquilar un sótano poco llamativo donde usted se reúna con sus correligionarios, a escondidas de autoridades abusivas y criminales que de veras pueden matarlo.  Le estoy pidiendo que, al amparo de nuestros derechos constitucionales, le dé al debate político racional, una oportunidad.  Que reclute a gente decente en la que usted crea que aún se puede confiar. A la luz del día y en el “espacio cibernético”, que es virtualmente gratis.  Que los induzca a participar en esta “conspiración del bien”. Para que cada uno de sus apadrinados forme otro “foro ARDE”,  para luchar por el futuro de la Patria. Que use usted como “arma letal”, su teléfono celular. Y que así nuestro movimiento avance, porque nuestra sociedad aún conserva a su estructura informal de liderazgo.  Esa que se ha ganado la autoridad moral de su círculo social por su trayectoria de vida.  Para que forcemos a los “partidos” que pretendan presentarse a las elecciones del 2027, a comprometerse con una agenda mínima de (i) combate real a la corrupción, de (ii) re-construcción de la red de satisfactores sociales básicos y de llevar a cabo (iii) una reforma política que cambie “las reglas del juego”, una que permita que tengamos representantes que sí nos representen en los organismos del Estado. Para que los sometamos -a los partidos- al análisis público abierto.  Para que proscribamos moralmente a las lacras que no merecen el apoyo del electorado. Para que efectuemos -a falta de estructura institucional apropiada- nuestras propias “elecciones primarias informales” y así seleccionemos, democráticamente, a la opción política ganadora del 2027.  Porque si hacemos suficiente número, nuestras voces no podrán ser ignoradas...

Este Movimiento por una Auténtica República Democrática (ARDE) busca erradicar la corrupción, hacer valer un verdadero Estado de Derecho, llegar a tener representantes que sí nos representen, modernizar la sociedad y la economía y gestar una prosperidad ampliamente difundida. Porque como lo han demostrado ya decenas de sociedades, eso es posible. Y Guatemala, lo merece. Para ello debemos organizar al 70% moderado de nuestra sociedad.  Para no ser sorprendidos, de nuevo, cuando ya es demasiado tarde.  Así que cuando el Movimiento toque a su puerta (y si no toca pronto, búsquenos) se le pedirá que haga un “foro ARDE”.  Con otros ciudadanos de su confianza.  Para transmitir información relevante y para ser conducto de retroalimentación al Movimiento.  La organización -una descentralización democrática pero ordenada- se basa en la magia de la progresión geométrica.  Distintas generaciones de “foros ARDE” harán crecer nuestras bases como manera de articular la resistencia en contra de seguir camino del precipicio.  Identificado cada foro con un código que permita verificar fácilmente la autenticidad del mismo.  Para evitar futuros sabotajes e infiltraciones.  Para distinguir lo genuino de los “copiones” que inevitablemente surgirán. 

En un mundo en el que proliferan las adhesiones efímeras basadas en la gratificación inmediata y cuya repetición constante supuestamente causa hábito, nuestro método es, necesariamente, más lento.  Pero más permanente.  Orgánico. Buscamos las adhesiones de largo plazo, basadas en la persuasión racional y confiados en que la mayoría del electorado guatemalteco busca el mayor bien común posible, por métodos históricamente comprobados en las naciones que hoy integran el llamado primer mundo. Así que esté atento, ciudadano. La pesadilla que vive la Patria, pasará.  Sólo hace falta que esa talentosa, abnegada y ya harta mayoría ciudadana, cobre consciencia de sí misma,  le recuerde a los políticos que su misión es servir al pueblo y no al revés, y tome así , en sus propias manos, las riendas de su promisorio destino...