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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

La Conspiración del Bien

“Algunos ven las cosas como son y se preguntan ‘¿por qué?’; yo sueño con cosas que nunca fueron y me pregunto ´¡¿por qué nó?!´”- Frase que citaba con frecuencia en sus discursos Robert Kennedy (1925-1968) -poco antes de morir asesinado en público- parafraseando reflexiones del controversial irlandés George Bernard Shaw (1856-1950).



El retrógrado, corrupto y abusivo régimen político guatemalteco piensa que “nos verá la cara de babosos” otra vez. Por eso insiste en amenazar la libertad de expresión (¡cierren elPeriódico!) y en consentir la corrupción (persiguiendo a quienes realmente persiguen al crimen, mientras ignora oficialmente los desmanes de sus incondicionales); en estirar los linderos legales y romper los equilibrios constitucionales y en comportarse indiferente no sólo frente a la protesta ciudadana sino también ante las críticas de la comunidad internacional que cuenta. Por eso, porque cree firmemente que conservará “el control de la guayaba”, se puede concentrar en esquilmar descaradamente al erario nacional, mientras descuida la salud y la educación del pueblo, se olvida de conservar y ampliar nuestras magras infraestructuras y hace mofa de la seguridad y la justicia que requiere la ciudadanía. Por eso, el régimen exhibe una actitud prepotente en la que ya da por descontado que tras la terminación del período del doctor Timo Chenko, vendrá un sucesor (más bien, esperan, una sucesora) que “les cubrirá las espaldas”. Piensa que de nuevo llenará el Congreso de sus “bien aceitados” adláteres, mediante las trampas usuales. “Por si las moscas”, no obstante, ya empezaron sus operadores a “dejar la puerta abierta” con la satrapía orteguista (a la que Guatemala tuvo la oprobiosa distinción de abstenerse de condenar recientemente en el concierto de naciones hispano americanas), constituida hoy en día como un nuevo “refugio de corruptos” para exfuncionarios que -con razón- son perseguidos por “la dama ciega” de sus países...



Y si nos descuidamos en eso de “vernos la cara de babosos”, lo lograrán. Ya sabemos cuál es el libreto: primero, entre codazos y zancadillas, las mafias decidirán quién será el o la nueva porta-estandarte del régimen (favorita del momento, entre ellos, “la hija del General”); segundo, intervendrán, tras bambalinas, en la selección del “petate del muerto” (alguien que se perciba como de CODECA u otra vez, la cínica y terca Sandra); y tercero, tras dividir a la oposición, subirán el tono emocional de nuestra perpetua crisis con incidentes violentos y desconcertantes, para propiciar que nuevamente el régimen “nos salve del comunismo”... Así calculan sólo necesitar un 15% del voto válido para tomar otra vez “democráticamente” la Presidencia, “rodeados de los siete enanos” y en medio de una insulsa aunque atronadora campaña publicitaria, financiada “con todo el dinero sucio del mundo”...



Frente a esa realidad, se está orquestando un amplio movimiento ciudadano de Resistencia contra el Régimen. Es una “carpa grande” en la que caben desde conservadores moderados hasta social-demócratas, pasando por todas las variantes del liberalismo auténtico. Sólo ambos extremos del espectro político están deliberadamente excluidos. Es un proceso en marcha para unificar a las fuerzas de oposición a la cleptocracia y al inmovilismo socioeconómico, articulándolas en una plataforma política viable, ganadora, que comparte un solo norte: frenar el deterioro institucional y darle un futuro decente a Guatemala. Mediante acercamientos preliminares y discretas conversaciones entre diversos grupos ciudadanos, esta coalición ya está articulándose así:



(1) Integración: cinco grupos fundacionales, incluyendo a dos partidos respetuosos de las fórmulas democráticas y ya legalmente constituidos, uno a la izquierda y otro a la derecha de un hipotético “centro” ideológico, dándole plataforma electoral legalmente válida a la coalición. Además, un grupo cercano a liderazgos indígenas no-radicales, cuya voz es considerada esencial en la coalición; otro cercano a grupos de jóvenes profesionales deseosos de hacer un nuevo tipo de práctica política y a quienes hasta ahora el sistema les ha vedado participación; y un grupo entusiastamente vinculado a la materialización del futurista y prometedor Corredor Interoceánico de Guatemala. La coalición contará con un Comité Coordinador de dos miembros por grupo, que decidirá sobre adiciones futuras a esta alianza abierta, con base en la adhesión a los Pactos Políticos que la definen. Los partidos fundacionales mantendrán un perfil bajo hasta que sus expresiones públicas ya no representen mayor riesgo de ser penalizadas por interpretaciones obtusas o malintencionadas de la legislación vigente.



(2) Pactos Políticos que definen a la Coalición:



a. Programa político mínimo común. Los partidos políticos que integran la coalición se comprometen solemnemente, en caso de alcanzar el poder, a: (1) re-iniciar sin hipocresías la hoy abortada “limpia” que empezó la CICIG, aprendiendo de los errores pasados y con el compromiso de llevar a cabo todas las reformas institucionales que se hagan necesarias; (2) iniciar el combate a la abismal desigualdad histórica que está en la raíz de todos nuestros males, a través de una Ley de “Dotación Patrimonial Ciudadana”, provocando así una profunda transformación socio-económica del país; (3) de inmediato marchar hacia la cobertura universal del IGSS, aliviando una de las principales vulnerabilidades de la sociedad guatemalteca, para lo cual el Estado debe empezar por pagar la deuda que le tiene pendiente; (4) dejar de impedir el desarrollo del Corredor Interoceánico de Guatemala (CIG), lo que iniciará el proceso del “despegue económico” nacional; y (5) iniciar un proceso de persuasión democrática abierto que eventualmente pueda conducir a la restauración política de una renovada República Federal de Centroamérica. Cada partido político de la Coalición podrá añadir a este programa político mínimo y por medio de sus propios procesos internos, los puntos adicionales que estime pertinentes, en su plataforma programática específica.



b. Candidato único de la Coalición a la Presidencia (y a la Vice-presidencia) del país. Los partidos políticos de la Coalición, siguiendo sus propios procesos internos y tomando en cuenta a los otros grupos coaligados en la medida que lo estimen pertinente, propondrán separadamente sus candidatos a cargos de elección popular, incluyendo alcaldías y diputaciones, además de candidatos a Presidente y Vicepresidente. En un momento previo a la “recta final” de las elecciones de primera vuelta y al menos dos meses antes de los comicios, con base en los instrumentos de medición de opinión pública que considere relevantes para subsanar la imposibilidad práctica de una elección primaria, el Comité Coordinador decidirá por mayoría de sus delegados cuál de las fórmulas presidenciales propuestas por los partidos de la coalición tiene a su juicio la mayor probabilidad de ser electa. Los otros partidos de la coalición, conforme a este pacto, declinarán la postulación de sus candidatos al Ejecutivo, pudiendo pasar a integrar o no, según los entendimientos a que se lleguen entre los partidos participantes, parte del futuro gabinete del candidato único a Presidente de la Coalición. Cada partido mantendrá sus candidatos a los otros cargos de elección popular.



c. Adhesión pública. Los partidos integrantes de la Coalición oportunamente harán pública su adhesión a la alianza, comprometiéndose solemnemente a respetar sus pactos y evidenciándolo en sus comunicaciones mediante los símbolos gráficos y mnemónicos que el Comité Coordinador acuerde. Todos los integrantes de la Coalición colaborarán activamente en la eficaz fiscalización del proceso electoral, para contribuir a asegurar que se respete la voluntad del pueblo expresada en las urnas. Los partidos de la Coalición conservarán sus plataformas programáticas específicas, aunque estarán comprometidos públicamente a apoyar el Programa Mínimo común en el Congreso de la República. Se estima que éste podría ser el germen de un sistema bi-partidista futuro, que nos encamine hacia una moderna práctica de leal oposición y a la alternancia cíclica del poder político en Guatemala.



Diversos estudios de opinión evidencian que siete de cada diez electores guatemaltecos no quieren continuar ni con los que no quieren que las cosas cambien, ni con los neo-marxistas radicales. Hasta ahora, no han tenido fe en que eso sea posible ni han encontrado una expresión política formal que los represente fielmente. Frente a ello, la Coalición propone una actitud que tolere razonables diferencias programáticas e ideológicas y se centre en los objetivos comunes de preservar a las instituciones republicanas y democráticas, para darle a esta mayoría subrepresentada un vehículo electoral efectivo. Allí es donde entra usted, ciudadano. No podemos seguir expulsando a nuestros jóvenes de todas las clases sociales, por el pecado de aspirar a una vida mejor; en una tierra que hoy mata los sueños de sus mejores hijos. Si quiere que Guatemala alcance un futuro próspero, moderno y civilizado, llegó el momento en que puede usted contribuir a hacerlo realidad. Manténgase informado sobre los avances de esta coalición, de esta Alianza de Resistencia Democrática. Cuando salgan a la palestra pública, escoja a uno de los partidos que integran la Coalición. Opine, involúcrese; atrévase a soñar. Dele, con su participación y con su entrega a la Patria, un mañana distinto a Guatemala...



"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 8 de Noviembre de 2021"

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