La batalla por el rumbo de Guatemala
- ciudadanotoriello
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“Aquí vive el Presidente; pero el que manda, vive enfrente” - frase con la que el pueblo chilango señalaba, desde Chapultepec, ubicación de la mansión presidencial, la casa de Plutarco Elías Calles, ex Presidente y “Jefe Máximo” de la Revolución Mexicana. La fuerte injerencia de Calles en la alta política azteca no cesó con el fin de su período presidencial (1924-1928) y resultó finalmente intolerable para su sucesor, Pascual Ortiz Rubio, quien renunció a la Presidencia en 1932; tras lo cual Calles simplemente designó a un “interino”, el general Abelardo Rodríguez, para luego “ungir” al siguiente mandatario, Lázaro Cárdenas (1934-1940). El para entonces ya llamado “Maximato” sólo terminó hasta que Cárdenas, ya bien entronizado en la Presidencia, llegara una madrugada a la casa de Calles, en “Las Lomas” (el 10 de abril de 1936) con un grupo de oficiales y soldados y lo sacara -en pijamas- de su cama, para ser llevado en un avión del Ejército mexicano, al exilio...
El 21 de mayo recién pasado, el Presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, aseveró en una conferencia de prensa que la esposa del Presidente de Guatemala se encontraba “exiliada” en México, en prevención de acciones desestabilizadoras que el MP de Guatemala estaba tramando contra el gobierno, a través de otro espurio encausamiento judicial, esta vez contra la primera dama guatemalteca. Pese a las conclusiones de “la inteligencia costarricense”, al día siguiente, el gobierno de Guatemala publicó un comunicado que desmentía las aseveraciones del tico, puntualizando que la presencia de la doctora Peinado en México obedecía a una “agenda previamente establecida, que combina actividades oficiales -internacionales- con actividades de carácter personal y familiar”; actividades que -consecuentemente- la mantendrían alejada del territorio nacional por un tiempo. Flaco favor le hizo Chaves a Arévalo, pues contribuyó a la especie lanzada por el pacto de corruptos (pdc) en relación a que el Presidente Arévalo está “tan debilitado, que no puede proteger ni a su mujer”. El infundio cobra visos de verosimilitud debido a que el Ejecutivo ha resultado impotente para impedir que el MP de la Comosiama hostigue a sus funcionarios y a otros críticos del régimen anciano. En el último de estos abusos, un Viceministro y líder de uno de los grupos que lo apoyaron durante su accidentada toma del poder, Luis Pacheco, en compañía de su colega y también funcionario arevalista, Héctor Chaclán, están actualmente en la cárcel, a la espera de otro alambicado y fantasioso proceso judicial. Es claramente una vendetta política, en el que se intenta criminalizar el derecho a protestar contra el abuso de “los de siempre”, esta vez apuntando las baterías hacia un importante sector de la dirigencia indígena nacional. Pero este último caso, sólo se suma a muchísimos otros, igualmente bochornosos, como el de la amañada sindicación del ex Ministro de Comunicaciones, Dr. Félix Alvarado, o el del atrabilario re-encarcelamiento de José Rubén Zamora, ex Presidente de elPeriódico. Pareciera que la idea es que en Guatemala nadie se sienta libre de ser “encausado” por el largo brazo de la “Desconsuelo”, ni de su perro faldero y canchanchán, el ridículo admirador de Trump, frustrado árbitro de chamuscas vuelto güizache, Rafael Curruchiche.
El gobierno de Arévalo, paradójicamente, está renovadamente fortalecido. La firma de un convenio con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU para modernizar Puerto Quetzal, revela que el apoyo del gobierno norteamericano hacia el guatemalteco es sólido, para consternación del pdc, el que recientemente “advirtió” que “el Presidente y su hermano”, le habían entregado -presuntamente de forma corrupta- propiedades en dicho puerto “a los chinos”. El claro involucramiento del Ministerio de la Defensa en el proceso de renovación portuaria, además, revela que el control arevalista sobre las fuerzas armadas chapinas continúa siendo estable, entre otras cosas, sobre la base de sus buenas relaciones con el indispensable Pentágono, entidad -por cierto- que sabe de las conexiones del pdc con los narcos. Y de paso, hasta se ha medio fortalecido la relación con una facción del sector privado organizado local, siempre tan deferente con el poder norteño y con nuestra milicia. Algunos esfuerzos para reconstruir alianzas y mejorar la comunicación pública, aunque aún no evidencien mayores resultados, van en la dirección correcta, también. El Ejecutivo, además, está avanzando visiblemente en su reforma del anteriormente podrido Ministerio de Educación, pese a la oscura y siempre insolente oposición de la mafia de Joviel Acevedo, terco pero desgastado instrumento de presión política del pdc. Queda pendiente la reconstrucción de la capacidad ejecutora en Obra Pública, minada desde que en tiempos de Álvaro Arzú se resquebrajó a la Dirección General de Caminos y se castró al Ministerio de Comunicaciones, para “bendecir” al pueblo de Guatemala con un sistema “de empresa privada” que dizque iba a resultar en más carreteras, mejores y más baratas, pero que a la vuelta de tres décadas sólo ha servido para entronizar nuevas mafias de “políticos constructores”, que actualmente -ante la falta de coimas- extorsionan al gobierno, retrasando inmisericordemente cualquier avance en beneficio de nuestra vialidad. Con un hábilmente engrosado presupuesto fiscal, no obstante, el gobierno arevalista está empezando a poner en marcha procesos que a la postre conducirán a una ejecución más relevante, menos corrupta y de mayor proyección social del presupuesto nacional (en salud, educación, comunicaciones y seguridad); para frustración de los tercos e hipócritas ladrones que han ordeñado los impuestos de los guatemaltecos por décadas. Aunque eso tomará tiempo y aún no resulta evidente para la mayoría del electorado...
En declaraciones durante el cierre del evento literario “Centro América Cuenta - 2025” que Prensa Libre publicó ayer, el Presidente Arévalo ratificó la postura que adoptó desde el inicio de su mandato, en torno al persistente desafío del “régimen anciano” a su gobierno. Dijo que a pesar de que “existe una interpretación jurídica sólida que le respaldaría para destituir a la Fiscal” (¡reconocer ésto, públicamente, ya es un gran avance!), la incertidumbre en torno a la interpretación que le daría a ese hecho la Korte de Konstitucionalidad (la KK), lo ha llevado a evitar el riesgo de ser “acusado de violar la Ley y de abusar del poder”. Señaló que sus enemigos han estado a la espera de que “cometa un error” para someterlo a un “juicio político”, lo que podría significar hasta “su destitución”. Así que “teniendo muy claro cuál es el tablero y la correlación de fuerzas que está planteada”, ha seguido un curso de acción en el que su gobierno no podrá ser removido ‘legalmente’ y en el que por consiguiente, “no le cabe duda de que nombrará al próximo Fiscal General”; implicando que con ello -y con otros cambios institucionales que tienen que llevarse a cabo en los próximos meses- terminará la pesadilla, que las fuerzas democráticas ya no serán perseguidas por combatir la corrupción y el abuso de poder.
Pero no nos perdamos en detalles, ciudadano. El asunto, en el fondo, es que una coalición de fuerzas políticas trogloditas, atrincheradas en los Organismos Legislativo y Judicial, ven al gobierno de Arévalo -y a cualquier otra opción genuinamente demócratica- como una amenaza existencial para el régimen anciano. Ese régimen en el que un grupo de rufianes “anticomunistas”, le garantiza a las élites miopes una economía desregulada y de bajísima carga tributaria real, a cambio de enriquecerse ilegalmente a la sombra del poder. Aunque eso condene al pueblo a seguir sin hospital, sin escuela, sin techo y sin futuro. Por eso, llevan a cabo una inmisericorde campaña de desprestigio contra el gobierno de Arévalo (“se robó las elecciones”, “es inepto, no ha hecho nada”, es “tan corrupto como los demás”, es “comunista” y para rematar, “quiere volver ‘huecos’ a tus hijos”). Por eso, quieren atemorizar a “la mayoría de la minoría” acerca del “grave peligro” de permitir la continuación del experimento democrático. Excepción hecha de la que los franceses llaman “la burguesía esclarecida”, buena parte de la clase media urbana está sucumbiendo a esos infundios y temores, desarrollando una hostilidad cuasi-tribal en contra de “los semilleros” y de cualquier simpatizante de la auténtica democracia. Pero son una minoría crecientemente desnuda. Al haber perdido al Ejecutivo, ya no pueden tan fácilmente engrosar sus números en incomunicadas localidades del interior en el que una mezcla de publicidad engañosa y dádivas a costillas del erario, les fortalecían. Tendrán, con todos sus trucos y mentiras, quizá entre un 15 y un 20% del electorado. El resto ya los ve como lo que son: una facción minoritaria que quiere conservar sus privilegios, con el posible auxilio de los más manipulables y de los más cínicos. La única estrategia viable que les queda, es dividir a la mayoría moderada, para después forzarnos a elegir -¿recuerda?- “al menos pior”.
El desafío, entonces, es que el actual gobierno termine, sin mayores contratiempos, su período constitucional. Y que durante los meses que quedan, el sistema político evolucione de tal manera, que el 70% del electorado -la mayoría moderada- encuentre una expresión efectiva, lo menos dividida posible, para enfrentar a las dos minorías de ambos extremos políticos. Esté atento, ciudadano. El pdc intentará “unir sus fuerzas, en contra del comunismo” (¡!) y al mismo tiempo, tratará de dividir, obstaculizar y desprestigiar cualquier intento de continuar con una opción auténticamente democrática. Por eso hay que permanecer vigilantes; desafiantes en contra de los rufianes que aún consevan casi dos terceras partes de nuestro gobierno. Abiertos para encontrar una opción unificadora, una que logre aglutinar a la mayoría de la mayoría democrática. Para que la aspiración a vivir en una sociedad próspera, moderna e incluyente, se acerque cada vez más. Y para que los intentos de los defensores de un pasado socialmente inmovilista, ya no puedan continuar. Para que la promesa que encierra la auténtica república democrática, empiece a derramar sus frutos, muy pronto, a las mayorías guatemaltecas...