“...Es verdad que hemos sido y seguimos estando avasallados por el enemigo... Pero ¿se ha dicho ya la última palabra? ¿debemos abandonar toda esperanza? ¿es nuestra derrota final e irremediable? A todas esas preguntas yo respondo: ¡Nó!”- Charles de Gaulle (estadista francés, 1890-1970), en alocución radial dirigida al pueblo galo, desde Londres, el 18 de junio de 1940; al “prender la llama de la Resistencia”, en los albores de la Segunda Guerra Mundial...
La publicación del testimonio del “testigo A” por “El Faro” de El Salvador y su posterior análisis público por “CNN en Español”, en torno a mordidas, contribuciones electorales ilegales y utilización criminal de montañas de dinero en efectivo descubiertas en una casa de la Antigua Guatemala vinculadas a un exministro de Jimmy Morales, evidencian no sólo la mala fe, sino la estupidez, con la que el actual gobierno guatemalteco ha lidiado con estas graves sindicaciones de corrupción. En vez de propiciar una exhaustiva e intachable investigación, destinada a desvanecer toda duda sobre el proceder de los funcionarios y ex funcionarios sindicados, el gobierno procedió de inmediato a hostigar, defenestrar y finalmente a forzar el exilio del fiscal legalmente obligado a esclarecer el caso. Seguidamente, recrudeció el hostigamiento de la prensa independiente, tratando de encarcelar a periodistas críticos y asfixiar económicamente y agredir judicialmente a medios como elPeriódico; se aceleraron los esfuerzos por defenestrar a fiscales y jueces que se han ganado el aprecio del público por combatir a la corrupción; y se apresuraron las oficiosas gestiones destinadas a consolidar la toma de casi todas las instituciones judiciales del país por elementos afines a la cleptocracia que nos desgobierna. ¿Qué puede concluir, entonces, el observador imparcial, que no sea que todo indica que las sindicaciones son fundamentalmente ciertas y que por eso, desafiando abiertamente al propio Tío Sam, el gobierno ha decidido “quemar sus naves” y conducir azarosamente al aparato del Estado a un viaje sin retorno? ¿Creen, acaso, que la ciudadanía es estúpida? ¿Que la paciencia del pueblo es infinita? ¿Que sus acciones serán siempre toleradas, sin importar su desfachatez? ¿Que el prospecto de verse en la situación en la que hoy se encuentra el ex Presidente de Honduras es imposible?
El régimen se encuentra irracionalmente envalentonado, es cierto. Claro, cuenta con “la caja de resonancia” del puñado de ultraconservadores fascistoides que tratan de convencernos de que “son muchos” y de que este gobierno es popular. Pero no lo son. Sí, por ahí anda una mala caricatura de Napoleón III (a su vez, una mala caricatura de Bonaparte), que al frente de la “Fundación pro-Zarismo”, se ensaña contra fiscales, sobre todo mujeres, que trabajaron con la CICIG, por suponer que todo combate a la corrupción es sinónimo de cuestionables “simpatías chairas”. No falta, tampoco, “cien-palabras-por-minuto”, que en complejos y sesudos videos siempre concluye que aquí lo que pasa es que “hay Soros encerrado”. Para no mencionar a Giusseppe Paparatti, “abogado y notario”, quien de repente (tras nunca haberse pronunciado en torno a la postura entreguista de los últimos gobiernos en torno a los derechos legítimos de Guatemala en Belice) resulta ahora súbito “defensor de nuestra soberanía”, pretendiendo ridículamente declarar al G-13 como “non-grato”. Y así, unas decenas más de corifeos de poca monta, que argumentan que su lucha es dizque contra “la justicia selectiva” que vino a imponernos “Iván, el colombiano”, porque a los ladrones “derechistas” de sus simpatías los han perseguido nó por ladrones -están seguros- sino “por derechistas”. Sobre la base de tales “convicciones” la repetitiva conspiración para asegurarse que el régimen continúe en el poder, avanza; necesitan asegurar su impunidad futura. Así que el TSE, con sus magistrados falsificadores, cooptado; la participación de Sandra, “apalabrada” (en caso la Telma de CODECA suba mucho); la alineación de la CC y la ilegítima CSJ, consumada; la preparación de “candidatos de repuesto”, en caso Zury “no levante”, también listos. La intención de interpretar a su antojo el tema de la “campaña anticipada”, advertida... El objetivo es que de nuevo nos obliguen a escoger entre el cáncer y el sida y que así, el 15% más recalcitrante del electorado, nos imponga, tramposamente, de nuevo, “al menos peor”...
Pero la aparente seguridad del régimen es engañosa. Están “jugando con fuego”. Ya el pueblo de Guatemala está harto de la corrupción, del atraso, de la podredumbre. Un amplio sentimiento de rechazo ciudadano al actual estado de cosas se está gestando. La genta anhela el retorno del imperio de la Ley y mantiene la irreprimible esperanza en un futuro mejor. Por eso, en el oriente guatemalteco, por ejemplo, ha surgido un proyecto que transformará la matriz socio-económica de Guatemala, haciendo realidad las aspiraciones de iniciar un desarrollo capitalista moderno e incluyente. Uno que insertará a Guatemala en las corrientes del comercio mundial, haciendo de esta bendita tierra un eslabón entre los océanos, un centro logístico internacional que irradiará prosperidad a nuestra Patria y a la región. Consciente de que para ello se necesita un gobierno decente, su amplia plataforma social y política se organiza para incidir en el próximo proceso electoral. Prepara una “carpa grande” que aglutine a esa mayoría de ciudadanos de buena voluntad que rechazan los extremos y que creen en la República auténticamente democrática. Por eso, soy optimista y discrepo de mi dilecto amigo, el columnista Gonzalo Asturias Montenegro, quien opinaba en estas páginas hace unos días que “pensar que dentro del actual sistema político pueda haber una solución... es una estupidez”. No Gonzalo, no es una estupidez. Lo haremos posible, porque es nuestra obligación ciudadana...
"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 22 de Febrero de 2022"
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