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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

Continuo deterioro de la legitimidad del régimen

“LA MUJER DEL CÉSAR NO SÓLO DEBE SER HONRADA, SINO APARENTARLO.”


Razón con la que Julio César (100-44adC), en el año 61 adC Pontífice Máximo de Roma, justificó su divorcio de su segunda esposa, nieta del entonces ya fallecido y tiránico general Lucio Cornelio Sula. Estando a cargo de los ritos invernales en honor a la virginal Vesta, la Bona Dea, vedados a los hombres, Pompeya permitió que Publio Claudio, un notorio y promiscuo vividor, participara en la ceremonia, disfrazado de mujer; lo cual, en medio de grave escándalo público, dio pábulo a rumores sobre los decadentes apetitos sexuales de la matrona.


Con un Presidente que “se amacizó en la guayaba” con apenas el 6.5% del voto potencial de la ciudadanía “en primera vuelta”, el actual gobierno nunca tuvo gran legitimidad. Pero de alguna manera, se medio guardaron las formas legales y a regañadientes, el grueso de la ciudadanía, que es usualmente moderado y “quitado de ruidos”, aceptó esta nueva “elección del menos pior”, dándole, inicialmente, “el beneficio de la duda”. El mal sabor, sin embargo, fue in crescendo: empezando con la poca transparencia de la anterior magistratura del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en relación a sus injustificados gastos y sobretodo, en torno a la adjudicación de alcaldías y diputaciones, en muchas localidades, como en la elección anterior, plagada de irregularidades nunca aclaradas por esta cada vez más cuestionada autoridad. A ello le siguieron tempranos escándalos desde el Poder Ejecutivo, como la inusualmente rápida construcción -con fondos salidos del erario- de un lujoso “nidito de amor” -en las faldas del volcán y con todo y nueva carretera asfaltada- del medio “salido del closet” y controversial “guardián de nuestros tradicionales valores cristianos”, para compartir con “Suguelito”, peculiar “jefe” de un inconstitucional y voraz “centro de gobierno”, el que castró funcionalmente a la Vicepresidencia. O como la notoriamente venal compra de las onerosas e ineficaces vacunas “Sputnik”; o como la “trama rusa” -y su “alfombra mágica”- para apropiarse opacamente de nuestras “tierras raras” y otros minerales; o como los ofensivos desplantes del mandatario hacia liderazgos indígenas críticos. Ni que hablar de la reelección de la “vigilante” Fiscal General, o de la persecución de jueces, fiscales o periodistas, por la osadía de investigar y denunciar estos desmanes; o de la oficiosa protección para notorios -y hasta confesos- funcionarios y exfuncionarios tramposos y ladrones, siempre que mostraran su lealtad al régimen. El proceso de regresión institucional -iniciado por Jimmy- para facilitar la impunidad de los ladrones del erario, siguió su curso cada vez más descarado: con las altas Cortes rompiendo nuevas cotas de ilegalidad, prolongando de facto sus períodos, desconociendo procesos de elección y hasta poniendo a delincuentes y estafadores conocidos en las magistraturas. Los tribunales, así, quedaron podridos desde arriba, nominados por un Congreso de “representantes” que no nos representan, integrado por usurpadores de curules muchas veces compradas en efectivo o a cambio de favores tasables. Y con la cómplice aquiescencia del grueso de las élites empresariales, que callan, siempre que sigamos siendo ese país de los bajísimos impuestos, de la “mano de obra barata”, y de las casi cero regulaciones...


Este régimen nos ha convertido en ese país en donde los zanates le disparan a las escopetas. Donde los corruptos “meten al bote” a quienes tienen la osadía de denunciarlos o de intentar procesarlos legalmente. Nuestros verdaderos titiriteros, los grandes empresarios, los “oficiales que ganaron la guerra” y algunos exguerrilleros amañados y también amigos de las trampas y del pisto, nos han recetado esta “democracia de fachada”, en la que se desalienta el debate público, la verdadera participación ciudadana y la auténticaelección de autoridades, para que no estén representadas en el gobierno las genuinas corrientes de opinión ciudadana. Este “sistema político” ¡sin verdaderos partidos políticos! se mantiene para que se siga imponiendo a todos -de manera supuestamente “legal”- la voluntad de “la mayoría de la minoría”. Para que siga este sistema en el que se preserva el orden establecido -el de una “gran macroeconomía” a costa de apabullantes indicadores sociales- a cambio de darles “patente de corso” a los gobernantes de turno. Y ahora se confabulan con sus candidatas, la una favorita de los grandes empresarios y la otra de nuestros ya bien aburguesados exguerrilleros, y ambas controladas -tras bambalinas- por nuestros “ex oficiales que ganaron la guerra”, para cosechar el fruto de nuestro persistente fraude estructural. El de ese alambicado proceso mediante el cual un puñado de grupúsculos “maman” de la teta del Estado, la mayoría trabaja por sueldos de hambre, sin alivio, sin hospital, sin escuela y sin futuro, y a los demás nos orillan a la elección de “lo menos pior”. Para que puedan seguir con el saqueo, con los turbios negocios multi-millonarios, aunque -ojalá, sueñan- de manera “más discreta”. Ni Zandra, ni Sury -eso está claro- criticaron alguna vez a Timo Chenko y/o a sus desmanes. Ambas, junto a sus estructuras de tránsfugas -en el Congreso y en las Cortes- han sido cómplices. Y pretenden seguir con lo mismo y con los mismos. “Dime con quien andas y te diré quién eres”. Eso ya lo sabe el pueblo, que busca, desesperado, una solución que aún no encuentra. Y como las candidatas del régimen no pueden ganar limpiamente, hacen trampa: amenazando con la “campaña anticipada” y otras “güizachadas”, tratan de “volarse” a Roberto Arzú, porque “le quita votos” a Sury; y a Thelma Cabrera, porque “le quita votos” a la dizque izquierdista Zandra. Y alientan la proliferación de candidaturas insulsas para dividir, junto con nuestra polarización de “chairos” y “fachos”, a la cada vez más amplia -pero atomizada- demanda de una opción verdaderamente distinta. Y hasta ríen, insensatos, pensando que aún tienen -y tendrán, per sécula seculorum- la sartén por el mango...


Le apuestan a que si se cierran todas las posibles expresiones para esta demanda política insatisfecha, “sanseacabó”. Que este pueblo, estafado el 90% del tiempo durante los últimos doscientos años, está acostumbrado, que seguirá siendo estafado, que no se levantará. Que agobiado por la lucha del día a día, no podrá ponerle atención a estos asuntos. Que siendo “ignorante” y además, muy necesitado, “no entenderá” cuál es su verdadero predicamento. Como pensaron, hasta hace poco, unos colombianos y otros peruanos. Y mientras tanto, nuestros hospitales y nuestras escuelas públicas, son una trágica vergüenza; nuestras escasas carreteras –“maquilladas” a última hora con “diez len” de “recapeo” (para seguir robando)- son gigantescos “parqueos”, monumentos a la incomunicación; nuestros ríos y lagos, inmensas y artificialmente apestosas cloacas; los extorsionistas y asaltantes, parte de nuestro “cuadro social”. La mayoría de nuestros niños, mal nutridos, sin agua potable universal, sin higiene mínima, sin vacunas, mal educados, sin un futuro claro. Pero eso sí, los corifeos y sicofantes del régimen, callados ante el sospechoso silencio en el que se “arreglan” nuestros derechos sobre Belice, se rasgan las vestiduras cuando la comunidad internacional nos evidencia como un Estado fallido, invocando nuestra sacrosanta y supuestamente digna “soberanía”...


Pero usted sabe, ciudadano, que podemos tener, que merecemos, un mejor destino. Que con este pueblo inteligente e industrioso podemos crear prosperidad generalizada. Que con nuestra Historia Milenaria, podemos ser un faro de luz para la humanidad. Que con nuestra privilegiada posición geográfica, podríamos ser un emporio comercial mundial, bisagra de las corrientes de carga marítima en ambos océanos. Que no podemos posponer por siempre la construcción de un capitalismo moderno e incluyente y su correspondiente sistema auténticamente democrático. Que no queremos a un gobierno que encarcele impunemente a sus periodistas críticos o que usurpe, sin consecuencias, la dirigencia de su única universidad pública. Que “tanto va el cántaro al agua, que al fin se rompe”. Que no podemos seguir produciendo un puñado de “millonarios instantáneos” cada cuatro años, mientras uno de cada cinco guatemaltecos se ve obligado a buscar un mejor futuro allá en el Norte. Que las élites no podrán dormir tranquilas en sus “colonias amuralladas” y custodiadas por sus “guaruras”, mientras la mayoría no encuentre una esperanza de mejor futuro. Que no se puede impedir ad infinitum, la reforma de las “reglas del juego”, las que nos mantienen sin auténticos representantes en nuestra Asamblea Legislativa. También la nobleza rusa desdeñó los llamados a hacer reformas liberales hace siglo y pico. Sus dirigentes les dijeron que “300 años de la dinastía Romanov” pesaban mucho sobre la conciencia de un pueblo campesino y analfabeta, como para que se atrevieran a rebelarse. Pero sólo le sirvieron “en bandeja de plata”, a los bolcheviques, la oportunidad de ser considerados la única solución para el pueblo. La mayoría de “los chapines de corazón” no queremos eso, pero tampoco queremos seguir en este absurdo e inmoral impasse histórico. El régimen se desmoronará, más temprano que tarde. Esté atento, ciudadano, porque aunque aún no lo parezca en la superficie, están empezando a soplar fuertes vientos de cambio...


"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 14 de Febrero de 2023"


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