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CCcCC: la Conspiración Conservadora contra la Corte “chaira”

“Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira.” – del poeta asturiano Ramón de Campoamor, España, c. 1,890. Usado con frecuencia, para justificar lo injustificable...


OPERETTA


ATTO PRIMO. En Octubre de 2014, la actual magistratura de la CSJ nació, probablemente también, “en torno a la cama de un hotel” (dicho de “la Baldetti”, para el 2004); todo como fruto de un oscuro pacto entre dos partidos hoy defenestrados de nuestro sistema político, por corruptos, el “PP” y el “Líder”. Sus patrocinadores, con la mediación de “operadores” políticos hoy prófugos o presos, como el gordo aquél del fraude al IGSS y el “rey del Tennis”, esperaban que esos magistrados los “protegieran”, llegado el caso. Pero he aquí que gracias a las acciones del “malvado” Iván y de su “odiada” CICIG, el pueblo se enteró del grado de penetración de la corrupción en el gobierno y se lanzó a las calles a protestar, a partir de abril del 2015. En ese contexto de virtual rebelión cívica, tocó renovar a la magistratura de la CC y consiguientemente, esta nueva Corte “no salió cortada de la misma tela”. De hecho, por sus sentencias, pronto se identificó como “de izquierda”; mientras la CSJ, entronizada desde antes de “los días de Plaza”, corrupta; pero eso sí, “de derecha”. Después vino el penoso episodio de aquel que nos dijo que no era “ni corrupto, ni ladrón” y que iba a renovar el mandato de la CICIG “hasta el 2019”. Como Iván, torpemente, cachó a su hijo y a su hermano “quedándose con unos vueltos” y él andaba recibiendo un ilegal sobresueldo del Ejército, nuestro valiente “y kaibil” Presidente de la Tropa Loca, decidió “volarse” al “tal Iván” y a su CICIG “por andarle contando las costillas”. Para entonces, ya el CACIF andaba “mosqueado” porque también “cacharon” a “los muchachones” con evidencias de que le habían dado pisto “bajo de agua” a la campaña de “Jimmy”; lo cual, por la forma en que se hizo, era ilegal. Nace ahí la injustificable alianza del CACIF con “la causa” de Jimmy, Degenhart y Sandra Jovel: “defendernos” del “comunismo” ¡echando a la CICIG!; con el oportuno auxilio de Donald Trump (entonces, nuevo en la Casa Blanca), a cambio de trasladar la Embajada de Guatemala en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén y de “ponernos de alfombra” con el tema del “tercer país seguro”. Contra la voluntad de siete de cada diez electores, pero con el apoyo de la mayoría de nuestra minoría pudiente, nuestra “democracia” expulsó a la CICIG, a lo que opuso resistencia la CC. Mientras tanto, salen a luz otros “clavos” de empresarios sobornando funcionarios (Sinibaldi & Cia., por ejemplo) para obtener jugosos contratos con precios “inflados” y de refilón, se empieza a conocer “el culebrón del Transmetro”. “Acabándola de amolar”, la ambiciosa y astuta Sandra, también está en el mismo juego y no sólo “establece puentes” entre la UNE y las dos Cortes, sino que logra meter a magistrados “suyos”, en el TSE. Así, pospone que esta “mafia de izquierda” siga la suerte del “Líder” y del “PP”, mientras los conservadores gritan “offside” y “¡fuera la CICIG!”. Nuestros tribunales “tropicales” exhibidos en todo su esplendor...


ATTO SECONDO: Prima Scena. Ha llovido desde entonces, ha pasado “agua bajo el puente”. Junto a muchos más, Pérez Molina, Baldizón y la que sabe de “los partos” de las anteriores magistraturas, están en el bote. Otros, a salto de mata, andan prófugos. Jimmy, “a duras penas agarrado” de la inmunidad que le da el “popular” Parlacén y hasta “Sandrita”, está “entre azul y buenas noches”; con “su maquinaria” dividida y buscando no seguir el merecido destino de otros “vehículos electoreros”. Pero la CICIG ya no está y las mafias, de ambos signos, envalentonadas, se recomponen. La recién salida magistratura del TSE, impunemente, ha presidido sobre el proceso electoral más viciado desde 1985, propiciando la supervivencia de la UNE y adjudicando curules y alcaldías de manera oscura y aún no auditada convincentemente para satisfacción de la ciudadanía honrada. Habiéndose descalificado arbitrariamente a varios candidatos, el pueblo “escoge” entre lo que le dejan y así, “entre chiripazo y carambola”, tenemos otros cuatro años de régimen conservador... ATTO SECONDO: Seconda Scena. Se vence el período de la actual magistratura de la CSJ y las “mafias de derecha” se apresuran a re-editar la anterior magistratura, pero la CC se los impide, pues la Constitución requiere de ciertos requisitos que garanticen la “reconocida honorabilidad” de los futuros magistrados. Para frustración de mafiosos y conservadores, el proceso se demora y pasa a ser “conocido” por la actual Legislatura, donde el dominio de las “mafias de derecha”, subsiste, aunque es más precario... Mientras tanto, la FECI del MP “destapa” el obsceno tráfico de influencias que logra montar “desde su cama de hospital” otro de los tradicionales “operadores políticos” de estos entuertos, el sindicado “Gustavito” Alejos. Burlando, con el obvio consentimiento del OJ, el espíritu de la Ley, ha hecho de sus “quebrantos de salud” el mecanismo para contar, pese a estar supuestamente “privado de su libertad”, con su “oficina de transas”; en un “hospital” en el que tiene computadoras, sala de sesiones, bar surtido y ¡hasta hamaca! Desfilan por la “oficina” del “reo” (quien también “sale” por ratos, “a dar sus vueltas”), miembros de las “comisiones de postulación”, candidatos a Magistrados y diputados. Frente al peso de la evidencia, la CC, tratando de “rescatar” el ya desacreditado y demorado proceso, emite sentencias que en tres platos, instruyen al Congreso a (i) descartar a los candidatos involucrados con “Gustavito”, a (ii) que se inhiban de votar los diputados “cachados” y a (iii) que pongan atención a una futura reforma del sistema de elección de Cortes. Como eso, ¡a pesar de ser lógico!, no gusta a “la mafia de derecha” (pues se descalifica a “sus preferidos”), contra-atacan, acusando al supremo árbitro Constitucional (la CC) de excederse en sus funciones, inconstitucionalmente. Tras bambalinas, la acusan de querer favorecer “¡a la Hellen Mack!”, cuando ellos de facto están favoreciendo a “Felipao”, quien ¡por cuarta vez! es eximido por la actual CSJ de enfrentar a la justicia… Pero según la Constitución vigente, la CC tiene “la última palabra legal”, aunque algunos se rasguen las vestiduras diciendo que al no permitir la admisión de la descabellada acción legal, la CC “se está auto-amparando”, que no conforme con querer “gobernar desde sus judicaturas”, “es obvio” que estos magistrados, son “juez y parte”…


ATTO TERZO E POSTUMO. Una vez más, la sociedad guatemalteca se polariza, manipulada por sus titiriteros. Los conservadores quieren convencernos de que la CC, “¡de manera inaudita!”, siendo “¡juez y parte!”, viola la Constitución. Pero la verdad es que la CC es odiada y atacada por los conservadores, por otra cosa, “por chaira”: por haber fallado en contra de la minería, por haberse opuesto a la expulsión de la CICIG y del Embajador escandinavo aquél, por favorecer “la agenda de la ONU”, etc., etc. y ahora quieren “que pague por sus crímenes de lesa Patria”. No es la magistratura más afortunada del mundo, es cierto; y también es cierto que tiene un claro sesgo socialista, más que liberal. Pero como ha expresado el doctor Eduardo Mayora (ex Decano de la facultad de Derecho de la UFM) en su columna periodística de los jueves, una cosa es fallar conforme a una visión ideológica no liberal, y otra es que eso “constituya delito”. Para eso las instituciones republicanas cuentan con sus “pesos y contrapesos”. No es con el desacato (figura delictiva, esa sí) que flagrantemente hace hoy el Congreso, que ésto se resuelve. Aunque no gusten todas las sentencias de la CC, mientras no cambie la Constitución, hay que acatarlas; so pena de que volvamos a los tiempos aquellos en los que se oía “la musiquita de marimba, en cadena nacional”, porque alguien le “había dado papa” a un par de coroneles para que “salvaran a la Patria”… Lo que la Conspiración pretende es continuar “en desacato continuado” hasta que llegue el momento de cambiar magistratura en la CC (en abril del año entrante), dejando entre tanto al Estado en un “limbo legal”. Entonces, no hay vuelta de hoja: el MP, con el respaldo del Ejecutivo y utilizando el aparato coercitivo legal del Estado, debe hacer acatar las sentencias de nuestra más alta Corte y los ciudadanos conscientes, debemos apoyar al MP en tal propósito. Hoy Guatemala necesita líderes auténticamente liberales, que se pronuncien para sacarnos de este peligroso impasse tercermundista. Siete de cada diez electores están en atenta espera…


"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 7 de Julio de 2020"

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