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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

Aguas turbias y turbulentas

“Sólo habíamos pescado dos ‘agujas’, cuando oímos tronar el cielo y decidimos regresar. El lanchero enfiló hacia la barra, donde el agua lodosa del río entraba, impetuosa, al mar. Las olas marinas se encrespaban sobre el agua dulce y obligaban a nuestro cayuco a surcarlas sobre sus espaldas, con extremo cuidado, para no zozobrar. Las olas salpicaban y con ruidosa ventisca, empezó a llover. Nos agarramos fuerte de los asientos, mientras yo contemplaba sin entusiasmo nuestros magros chalecos salvavidas…” – Extracto del capítulo ‘La barra’, de una novela histórica en construcción.


Mis muchos amigos y parientes conservadores están de fiesta porque se vá la CICIG. Hasta me envían repetitivamente un video que circula en redes en el que con una cuadra de “ametralladoras” de cuetes celebran “el nuevo día de la Independencia”, este tres de Septiembre, día en el que legalmente ha quedado expirado el mandato de la por ellos odiada Comisión. La misma entidad que según las encuestas, echarán de menos siete de cada diez ciudadanos. Nuestra minoría pudiente, por mayoría dentro de esa minoría, decidió echar a la CICIG y la echó. Asombroso resultado de nuestras peculiares fórmulas republicanas… Por el bien de Guatemala, espero que esta victoria conservadora no resulte, a la postre, una victoria pírrica…


Porque la corrupción y el abuso de poder, siguen: me he enterado por las mismas redes, por ejemplo, de que según una de las últimas investigaciones de la CICIG, el Ministro de Economía, Acisclo Valladares Urruela, espiaba, fuera de toda justificación oficial o legal, a un partido político, a otros individuos que “gozaban” de su inquina y hasta a su ex esposa, aprovechándose abusivamente de su entonces condición de alto ejecutivo de TIGO. Aquellos que creían que usando “WhatsApp” iban a estar libres del ojo indiscreto de “Big Brother”, estaban equivocados… Muchos jueces venales, además, tomarán nota al ver que la ex Registradora de la Propiedad sale de un largo proceso judicial sólo “regañada” por sus fechorías, pero sin tener que devolver nada ni pagar multas: como que estuviera por iniciarse una racha impune de sentencias “light”, a la carta, que desmentiría aquello de que “el crimen no paga”. Gente en la que invirtió por años el país para tener buenos oficiales de policía fueron despedidos por Degenhart y muchos otros que fueron preparados para mejorar la efectividad del Ministerio Público “están en la cuerda floja”… El Tribunal Supremo Electoral asignó curules y alcaldías sin satisfacer razonablemente muchas dudas ciudadanas, confiando en que el cansancio del electorado evitará que den explicaciones y los dejará impunes. Y el sistema de Comisiones de Postulación para nombrar nuevos magistrados en nuestras más altas Cortes, no logra sacudirse la bien ganada suspicacia de esa misma ciudadanía cansada. Como muchos, también tengo conocidos que me informan de parientes suyos que están “en prisión preventiva”, figura legal de la que abusa nuestro sistema de administración de justicia, “en lo que se averigua”. Los juicios, en tribunales que no se dan abasto, pueden tardar y tardan, años, en vez de semanas o meses. Mientras están recluidos “preventivamente”, los acusados tienen que pagar sumas escandalosas para no hacer “talacha” (servicios denigrantes exigidos por los capos de cada tugurio penitenciario); además, tanto por “plancha” (de concreto, para no dormir en el pasillo), o tanto por espacio en carpa, “y si sos chancle”, tanto por no morir acuchillado… La presunción de inocencia, saludes… Nuestro sistema de administración de justicia, ese al que le asignamos menos presupuesto que “al deporte y la recreación”, apesta. Pero le hemos dicho al mundo que nos bastamos para reformarlo. Y el mundo, escéptico, nos observa…


A pesar de todo, ciudadano, el balance no es completamente negativo: no nos gobierna Baldizón, ni Sandra, ni Sinibaldi; los hijos de “la vieja política” que quisieron llevarnos o a la corrupción más descarada, o a un despotismo abierto. Desaparecieron “las maquinarias electorales” de “el Patriota”, la de “Líder” y hoy hasta la supervivencia de la UNE está en entredicho. Ayer, el mismo MP que hace unos meses la sindicó hasta después de haber obtenido inmunidad legal, “haciendo ojo pache”, capturó para procesarla legalmente, a Sandra Torres, el día que se fue la CICIG. El viejo sistema político se desmorona y la ciudadanía tiene cuatro años más, para intentar, otra vez, la construcción de una verdadera democracia. Un nuevo gobierno, de talante conservador, tiene la oportunidad de iniciar reformas que la mayoría de la minoría no toleraría si viniera de un gobierno que no fuera “de derecha”. Ojalá, como decían en tiempos de Mío Cid por decir “quiera Dios”, que esta oportunidad no se desperdicie. Tenemos que reformar nuestro sistema de justicia. Tenemos que incorporar a la ecuación socioeconómica plena, a la mayoría de los ciudadanos. No podemos seguir siendo una sociedad en la que la mayoría está marginada de la prosperidad y de la justicia. Si no lo hacemos, dentro de cuatro años volveremos a las angustias de que más tarde o más temprano, algún “pico de oro” pueda sacar a las mayorías de su abstencionismo y seduciéndolas, nos lleve a otra versión latinoamericana de un fallido pero recurrente “chavismo”…


"Publicado en la sección de Opinión de elPeriodico el 03 de septiembre 2019"

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