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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

Iván y Jimmy


El inusual despliegue de “tanquetas” (en realidad, “Jeeps” artillados que el Tío Sam le regaló al gobierno para patrullar los pasos fronterizos donde se trasiegan drogas) en torno a la CICIG y la posterior e histriónica conferencia de prensa en el Palacio, encendieron las “redes sociales” el pasado viernes. Entre rumores, dimes y diretes, fue emergiendo la huella de un “serranazo” frustrado. Las apariencias indicaban que Jimmy, calculando mal otra vez, se habría lanzado a una “solución final” en su affaire con Iván: zamparlo en un avión, destituir a los magistrados de la CC que lo han amparado y sustentar todo “legalmente” con una posterior acción legislativa de apoyo. Habiendo recientemente trasladado nuestra embajada de Tel Aviv a Jerusalén y especulando que podía “vender cara” su fidelidad a Taiwán (en contraste con el cambio de bando, a favor de Pekín, de los salvadoreños), envió “a avisar” a Washington, a través de su canciller, la señora Jovel. Según los rumores, el viaje de la Canciller debía ser con el tiempo suficiente para lograr una tácita aquiescencia, pero sin tal amplitud que la información “se filtrara” antes de lo conveniente. Qué leyó nuestra supuestamente hábil diplomática en la cara de Nikki Haley no lo sabe nadie, pero el hecho es que Estados Unidos es una República, no sólo un lugar, como otros países (es decir, tiene prácticas institucionales de gobierno y contrario a lo que parece haber pensado la señora Jovel, la política exterior no la define su Embajadora ante las Naciones Unidas, sino un Departamento de Estado que ha designado a Todd Robinson como su “asesor especial para Centroamérica”). El resultado, según las febriles especulaciones de las redes, fue que “a medio baile” los gringos le zafaron la alfombra a Jimmy y que “antes de que llegara la sangre al río”, había que buscar como “sacar el clavo”. Como ya estaba convocada la conferencia de prensa y preparada aparatosamente una cuidadosa coreografía de golpe de estado (militares y policías apoyando la “valiente” defensa que nuestro Presidente hacía de la “soberanía nacional”) resultaba difícil “salir en caballo blanco”… Entonces, pues…”que dentro de un año, señores de la ONU, no les voy a renovar el contrato”… Mucho ruido y pocas nueces. Cuánto es realidad y cuánto “fantasía de las redes” no es lo más importante, pues en política, importan mucho las percepciones… Hay que pensar antes de sacar a circular las “tanquetas”…

Según las mismas redes, el “conocido socialista” (¡uyuyuy!) Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, reaccionó diciendo: “La CICIG es un problema para la actual administración, no para el Estado de Guatemala ni para la sociedad guatemalteca. La actual administración no está protegiendo a la sociedad. Se está protegiendo a sí misma”. Ojo: esta opinión no es sólo de los socialistas del mundo. Estando en la picota por sindicaciones de financiamiento electoral ilícito; habiendo sido “cachado” con “las manos en la masa” en los fondos del Ejército, entre otros pecadillos mezquinos; estando rodeado de impresentables personajes que lo “asesoran” mientras huyen de la Justicia; sus actos en contra de Iván y la CICIG constituyen, para cualquier observador imparcial, evidentes esfuerzos para situarse por encima de la Ley…pues hasta un niño entiende que no se puede ser “Juez y parte”... No importa que nuestros fascistas locales lo aplaudan y lo inciten a “ser más duro, en defensa de la soberanía nacional”. ¿Dónde estaban esos ahora acérrimos defensores de la soberanía guatemalteca cuando este Presidente, traicionando los más caros intereses de Guatemala, embaucaba a su pueblo con el cuento de que la Consulta Popular era para dirimir nuestro “diferendo” con Belice mediante la vía conciliatoria y civilizada, siendo que en contra de expresos mandatos constitucionales, ha estado facilitando que le cercenen la quinta parte al territorio nacional? Los fascistas locales están azuzando cínicamente a los numerosos conservadores guatemaltecos, sencillamente porque se les acaba la clepto-parranda. Y los conservadores chapines ven con espanto cómo se desmoronan ante sus ojos algunos de los más señalados símbolos de un sistema político caduco, en el que la cacocracia guatemalteca ofrecía cómodos “liderazgos de alquiler”, porque no perciben aún cuál será el sustituto de tal sistema, porque “no se ve claro”… ¡Uy! ¡Ya vienen los comunistas! ¡Quieren volver esto otra Venezuela, otra Nicaragua! Se anticipa, con espanto, que en las casi inminentes jornadas electorales del año entrante, por primera vez en muchos años, habrá una competencia real de ideas políticas, de programas de gobierno, en vez de sólo cancioncitas y gorras… Habrá, esta vez, que persuadir con elocuencia e ideas, a un electorado empobrecido y confundido…¡ya no se puede “comprar” fácilmente la opinión pública! ¡Mejor que se vaya Iván y que nos devuelvan la tranquilidad de contar con partiduchos como el FCN y la UNE…que podamos “alquilar”!

Lo que el conservadurismo chapín parece no haber entendido, es que no es cuestión de Iván. La persecución de la corrupción gubernamental es una política continental de la Superpotencia Norteamericana, que cree que metiendo al bote a los gobernantes ladrones de América Latina, logrará aminorar la molesta presión demográfica sobre sus fronteras del sur. Por eso está Saca en el tambo y Funes fugado. Por eso se bajaron de la Presidencia a Dilma Rousseff y Lula da Silva está en el bote. Por eso, los grandes líos en el Perú y Ecuador. Por eso, ahora, hasta Cristina Fernández de Kirchner aduce que en Argentina hay “persecución judicial selectiva” …contra los peronistas. Y tampoco es que Iván tenga una “varita mágica” con la que nuestros tercermundistas fiscales de pronto se hayan convertido en “investigadores a la Scotland Yard”. El largo brazo de la CIA tiene más de medio siglo de escuchar nuestras conversaciones telefónicas, pagar informantes, y en general, espiarnos, sin haber usado con mucho provecho, hasta ahora, esa información. Es esa información, la que mágicamente está llegando a la prensa, a las fiscalías y a los tribunales. Ya previamente trataron de usarla, sin involucrar a la CICIG, para castigar a funcionarios públicos de tiempos de Portillo, pero el MP de entonces y nuestro OJ, pese a contundentes evidencias de cómo usaron al CHN para reciclar billetes descartados por el BANGUAT, ¡absolvieron a todos! Desde entonces, ¡oh sorpresa! parecen haber decidido utilizar convenientemente a la CICIG. Así que…aunque se vaya Iván…

No quiere esto decir que no haya legítimas preocupaciones por el desempeño de este inexorable proceso de depuración. Los juicios aquí se eternizan, provocando muchas injusticias, aunque eso no sea sólo “culpa de Iván” (¿que tal si nuestros gobernantes y diputados revisaran nuestras prioridades presupuestarias, para dotar a la República de más recursos para la correcta administración de Justicia y que así los jueces no tengan más casos diarios que horas tiene el día?). También es cierto que se percibe un claro “sesgo político” entre nuestros operadores tribunalicios y en la propia CICIG (Iván: ¿por qué no “clavan” también, entre otros, a la UNE y a CODECA?). Más preocupante aún es que la Corte de Constitucionalidad crea que la Constitución no dice lo que dice, sino que lo que la actual Magistratura dice que dice y que además, se inmiscuya en esferas que no son de su competencia, poniendo en entredicho la separación republicana de poderes. Los actuales magistrados de la CC contribuyen a la zozobra nacional con su activismo judicial sesgado y partisano, erosionando con su tortuguismo deliberado (como el de postergar ad aeternum la decisión sobre la Mina San Rafael) y sus repetidos prevaricatos en innumerables temas, la confianza ciudadana en los tribunales de justicia.

No simpatizo con el Socialismo, al que considero portador de una ideología históricamente fracasada. Pero como demócrata auténticamente liberal, respeto el derecho de los socialistas, de aquellos socialistas que a su vez respeten la Ley y el libre juego electoral, a tratar de vender su jabón. Creo que los hechos históricos hoy evidentes a todos (el sojuzgamiento inhumano de las poblaciones de Corea del Norte, de Venezuela, y hasta de nuestra cercana hermana Nicaragua, por citar sólo un puñado de ejemplos) los hacen incapaces de constituirse aquí en el inminente peligro que los conservadores chapines tanto temen. Me preocupan más esos fascistas tropicales de nuevo cuño, tras quienes se esconde el siguiente aprendiz de dictador. Esos que creen, entre otras simplezas, que el vergonzoso liderazgo de Donald Trump en Washington les dará aquí “patentes de corso” para saquear el erario nacional. Esos que florecen y hasta brillan, cuando una sociedad como ésta se polariza… Y en medio de esta debacle institucional, trato de no olvidar que toda crisis representa una oportunidad. El año entrante, inexorablemente, habrá elecciones generales en Guatemala. Veo que no es sino hasta esta nueva contienda electoral que habrá en esta tierra verdadera oportunidad para identificar a nuevos líderes nacionales, en franca y abierta competencia, algo que no se veía aquí desde mediados del siglo pasado. El sistema que actualmente se derrumba estaba diseñado para descalificar de antemano a cualquier atrevido que levantara la cabeza, pero como efecto colateral de esta solicitada gubernamentalmente (aunque ahora cuestionada) intervención extranjera, parece que eso se acabó… Esta vez, en el 2,019, Iván o nó Iván, CICIG o nó CICIG, ya no será así, tendremos una competencia democrática por el poder. Así que amigo lector, si ama a Guatemala, no critique tanto y ahora, participe más…

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