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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

Resistencia Ciudadana contra el Régimen

“El sistema no puede combatir (a)l narco, la corrupción y la impunidad, pues el narco, la corrupción y la impunidad, son el sistema”- José Rubén Zamora Marroquín, presidente de elPeriódico, en la pag. 3 de la edición de este matutino del pasado miércoles 27 de enero de 2021.



Eso que el pueblo ha dado en llamar “el pacto de corruptos”, integrado fundamentalmente por políticos de raigambre transaccional y cuyos corifeos todavía quieren que usted los apoye, ciudadano, porque increíblemente y con lujo de desfachatez dicen ser de “nuestra tribu”, le han dado un nuevo golpe a la Nación, en su afán de imponer a Mynor Moto como Magistrado de nuestra más alta Corte. Quieren una CC “amigable” con los corruptos, que ayude a preservar nuestra casi consuetudinaria cultura de impunidad. Se consuma así, el oprobioso uso que “los bananos” (los abogados guatemaltecos que se ponen en venta al mejor postor) le han venido dando al cuestionable privilegio corporativo constitucional de “postular” candidatos a la CC. Los bananos hicieron la primera parte “del trabajo” y luego le pasaron “la pacaya” a “los güisquiles” (a esos que no se puede agarrar sin pincharse), los diputados que llegaron al Congreso nó por sus dotes persuasivas o sus méritos cívicos, sino porque de alguna manera “se agenciaron” un puesto en esas listas anónimas que en nuestra “democracia” fungen como vehículos “de elección popular”. Así, estamos a punto de exhibir de nuevo las características de una “república bananera” que ya creíamos haber superado, encumbrando a Alí Babá al Tribunal de nuestros más altos jueces. Pero, espontáneamente, la ciudadanía, en sus diversas facetas, empieza a resistir...



“Quien siembra vientos, cosecha tempestades” – sentencia el viejo refrán. La narco-cleptocracia que tras bambalinas nos gobierna, se ha desbocado, sin ya siquiera preocuparse de guardar las formas mínimas. Los conservadores que con su silencio y/o abierta aquiescencia han hecho esto posible deben saberlo: es así como se gestan las revoluciones que tanto temen. Las trampas sistémicas que le permiten al 15% imponerle su voluntad al otro 15% de sus opositores radicales, pero más grave aún, al 70% que no es ni extremadamente conservador ni neomarxista, son relativamente sufribles cuando dejan “válvulas de escape”; pero se vuelven francamente intolerables cuando éstas se cierran por completo. Ese puede ser el costo de este intento de iniciar un proceso para “dar de alta” al 50% de los hoy reclusos en el Mariscal Zavala... Una válvula de escape a la imposición ultra-conservadora, es lo que ha sido esa CC que al margen de su tendencia ideológica, servía de efectivo contrapeso a los desmanes de la alianza política dominante, que es esa mezcla de conservadurismo extremo y “pragmatismo” frente a la corrupción. Pero con este último asalto a la CC -con el fin ulterior de avasallar en la CSJ e imponer su Ley en todo el OJ- el régimen, con la aquiescencia, cooperación o indiferencia de nuestros conservadores más recalcitrantes, está jugando con fuego. Y lo hace en mal momento: la marea está cambiando a nivel mundial. Nuevos vientos soplan del Norte y la gente que llena las plazas cuando le pican la cresta, está empezando a sentir -conforme se descubren “caletas” multimillonarias que amasan los corruptos con el contubernio de jueces vendidos, frente al abandono de un pueblo con tantas necesidades insatisfechas- un hormigueo en las entrañas...



Usted no desmaye, ciudadano; no está solo. Una aún desorganizada, heterogénea y amorfa Resistencia Ciudadana se está formando. Desde tiempos de Ghandi, estas resistencias en contra del abuso y del oprobio han encontrado caminos para que prevalezca la razón y el decoro. Se empieza con acciones simbólicas, pero se puede llegar hasta la negativa a pagar impuestos y a otras formas de desobediencia civil. Se forman en torno a consensos mínimos: en ellas hay desde socialdemócratas hasta conservadores moderados, pasando por los auténticos liberales. Y son vistos con simpatía y encuentran aliados en la mayoría de los sectores más avanzados de la comunidad internacional. En nuestro caso, la agenda mínima incluye: (i) reformar las reglas de juego para elegir a nuestros representantes, es decir reformas reales a la Ley Electoral y de Partidos Políticos; (ii) ¡reformar las reglas de juego para integrar a nuestras más altas Cortes y Tribunales!; y (iii) reformar las reglas de juego con las que el Estado contrata personal y/o servicios. Sí, “después del trueno, ¡Jesús, María!”. Ya verá que si las cosas se salen de cauce, vendrán otra vez los llamados al “diálogo nacional”; esos llamados que sólo se hacen en repúblicas que no funcionan, pues si funcionaran, ese diálogo nacional ocurriría todos los días, pues nuestros representantes, de veras nos representarían. Hoy, nuestros diputados no son auténticos representantes de las corrientes de opinión que hay en el electorado, ciertamente no en su proporción real; nuestros jueces y magistrados no son “la flor y nata” de nuestra abogacía y el sector público no se distingue por servidores públicos de carrera, probos y capaces, sino que está profundamente infiltrado por oportunistas especializados en esquilmar al erario nacional...



Ya ha sido dicho: tenemos un modelo político agotado. Aquello de que los partidos políticos, mediante trampas sistémicas, no permitan la auténtica discusión política y que sólo nos ofrezcan “liderazgos de alquiler”, ya no bastará para mantener sojuzgado al pueblo. Necesitamos reformar a este sistema hipócrita, falsamente democrático, por las buenas, porque si nó, más tarde o más temprano, será por las malas. No seguirá aguantando por mucho tiempo más el pueblo a diputados desconocidos que no nos representan, a “líderes” que no se pronuncian, y a jueces venales que dejan escapar a los funcionarios corruptos. No podemos seguir tampoco con esos privilegios corporativos que le dan a grupos privilegiados, desde el CACIF hasta la USAC, pasando por el CANG y otros similares, facultades gubernativas sin la aquiescencia explícita del electorado, mediante el voto. Y menos, si éso sólo sirve para generar otra camada de instantáneos millonarios a costillas de un pueblo esquilmado. Con todo y todo, impedir que la cleptocracia nos domine completamente es sólo el principio. Nuestra problemática tiene raíces más profundas y por eso lo exhorto a que vaya a www.ciudadanotoriello.com y analice la “Plataforma Ideológica” allí presentada. Sí, ciudadano, tenemos que rescatar a la Nación.



“Tanto va el cántaro al agua que por fin se rompe”. El régimen debe tomar nota de que si cierra todas las válvulas de escape a la insatisfacción de la mayoría ciudadana, forzará hasta a los más indiferentes a tomar partido: con el Régimen o con la Resistencia... Algo poco inteligente, cuando sólo se cuenta con la aquiescencia de -quizá- un 15% de la opinión ciudadana...


"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 2 de Febrero de 2021"

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