Método Falcone
Siete de cada diez guatemaltecos quieren que a pesar de la guerra que le hacen los corruptos y los ingenuos, la hoy entrampada lucha contra la corrupción siga…
A fines del siglo pasado, la mafia italiana controlaba policías, fiscales, jueces y magistrados en Sicilia y en otras partes de Italia. Un fiscal llamado Giovanni Falcone, decidió hacerles la guerra y recuperar el imperio de la Ley para su Patria. Entre las muertes violentas de sus colegas y sabotajes administrativos, Falcone fue avanzando desde sus modestos inicios en Palermo, hasta ubicarse estratégicamente en Roma, desde donde consolidó un proceso aún hoy admirado en todo el mundo. La “fórmula de Falcone” para combatir la corrupción y el crimen, aplicada a Guatemala, podría resumirse así: (I) Hay que considerar al sistema de administración de justicia como una cadena de CUATRO eslabones: (a) la Policía; (b) el Ministerio Público; (c) los Tribunales; y (d) el Sistema Penitenciario. (II) A estos cuatro eslabones hay que aplicarles TRES remedios: (i) “sacudir el zapotal”, para que caigan todos los frutos podridos (depurar el sistema de sus elementos corruptos y/o incompetentes); (ii) dotarlos de procedimientos modernos y sólidos (como “los colaboradores eficaces”, los “testigos protegidos”, seguir “la ruta del dinero”, el “sistema oral” y los “juicios expeditos”); y finalmente, (iii) dotarlos de presupuestos adecuados. Para llevar a cabo este proceso, se necesita involucrar a los tres Organismos del Estado, liderando desde el Ejecutivo, pero haciendo que el Legislativo “le meta el bisturí” al Organismo Judicial, el cual, a su vez, se tiene que nutrir de nuevos elementos probos… El 23 de mayo de 1992 Giovanni Falcone fue asesinado por orden del jefe de la mafia Corleonesi, Salvatore “il Toto” Riina, en Capaci, mediante una bomba detonada a distancia por Giovanni Brusca, que hizo explotar su vehículo, segando también la vida de la esposa de Falcone y de otros asistentes y policías que le acompañaban. Esa noche, Riina hizo una fiesta en la que celebró con champaña “y edecanes” la muerte de Falcone; pero unos meses después, el sistema depurado por Falcone, capturó y sentenció a cadena perpetua a Riina y a Brusca, quienes tras varios años, murieron en la cárcel…
En Guatemala necesitamos aplicar “el método Falcone” a nuestro sistema de administración de justicia para terminar el interrumpido proceso de “limpia” de la cosa pública. No hace falta “ser comunista” para estar a favor de la lucha contra la corrupción. Pero Guatemala tiene que darle a la administración de justicia un presupuesto mayor que el que hoy destina “a patear pelotas” [sí; hoy nuestro presupuesto nacional ¡destina más al deporte (cinco por ciento) que a la administración de justicia (dos por ciento)!]. Hoy tiene usted la oportunidad de hacer algo al respecto, ciudadano: Piense bien por quién votar, no olvide en última instancia, cada pueblo tiene el gobierno que se merece…
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