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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

El régimen prepara un Plan “B”

“Que siendo la voluntad general del pueblo de Guatemala... la mande publicar... para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.”- Acuerdo primero, Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821, que refleja la desconfianza y el consuetudinario temor de los dirigentes ultraconservadores a la voluntad mayoritaria.


Hace setenta años, sin el apoyo que otros países más decentes le dan a sus deportistas, corriendo los 42 kilómetros y pico con sus “zapatos de vestir”, Doroteo Guamuch Flores ganó la famosa Maratón de Boston, hazaña que nunca antes había logrado -ni ha logrado otra vez- un latinoamericano. Los incrédulos cronistas deportivos de aquella ciudad norteña, para quienes -conforme a lo pertinente en la cultura anglosajona- lo relevante es el “first name” y el “last name” y todo lo demás es sólo otro pintoresco pero inservible “middle name”, utilizaron sólo el primer nombre y el segundo apellido del deportista (según constaban en el registro de la competición), con el agravante de que como en inglés pronunciar “Doroteo” les resultó muy difícil, lo re-bautizaron como “Mathew”, partiendo del parcialmente parecido y para ellos más manejable, en español, “Mateo”. Así que “the winner is... Mr. Mathew Flores”. Había nacido la leyenda de Mateo Flores. Cuando el maratonista regresó “por vía aérea” a Guatemala, usando con legítimo orgullo su nuevo y accidental “nombre de guerra” (antes de que se volviera “políticamente incorrecto”), el pueblo de Guatemala, sabedor de lo que cuesta para el pobre destacar en este país ingrato, lo recibió apoteósicamente; “los de abajo” tenían un héroe... El Presidente Jacobo Arbenz Guzmán, interpretando el sentir popular, de inmediato le confirió la “Orden del Quetzal”, en grado de Gran Cruz; pero su némesis, Carlos –“Cara de Hacha”- Castillo Armas, un par de años después, tampoco desaprovechó la popularidad de nuestro querido atleta: en 1955 le cambió el nombre al Estadio Olímpico. Éste se había construido durante la Administración de Juan José Arévalo y en él había tomado posesión de la Presidencia -vistosa, casi apoteósicamente, también- Arbenz, a quien -con el eficaz apoyo de la CIA- “Cara de Hacha” había derrocado. Ya no sería más el “Estadio de la Revolución” (apelativo súbitamente inconveniente, a partir de 1954), sino el “Estadio Mateo Flores”; hoy, el inocuo “Estadio Doroteo Guamuch”. Pero la fama no llegaría acompañada de fortuna para aquel originario de la aldea “lo de Cotió”, en Mixco, donde nació, un 11 de febrero de 1922. Con su característica bonhomía y sencillez, tras sus “quince minutos en el candelero”, vivió –“quitado de ruidos”- una oscura vida de permanentes estrecheces, hasta morir el 11 de agosto de 2011, en el olvido, tras una larga enfermedad crónica. Para añadir el insulto a la herida, a cien años de su nacimiento, un Estado que fue incapaz de concederle una dignificadora “pensión vitalicia” a este trágico símbolo nacional, permite que un diputado, sus parientes y compinches, le roben ¡Q30 millones! al erario, abierta e impunemente, sin que la “vigilante” Fiscal General de nuestro Ministerio Público, que tiene el monopolio de la acción penal, haga algo. Y aquí no pueden alegar los corifeos de la cleptocracia que se trata de “justicia selectiva” o de “sesgo ideológico”, salvo que se refieran a que el diputado Jorge García Silva puede -como lo ha venido haciendo, tan campante- sentirse a salvo de la justicia, mientras siga “levantando su dedito” a favor de la agenda de gobierno, en el Hemiciclo del Congreso Nacional...


Por eso, entre otras cien razones, me resulta grotesco e incomprensible cómo el decano de la Universidad del Istmo -UNIS, pueda haber votado consistentemente a favor de Consuelo Porras en las deliberaciones de la Comisión de Postulación para Fiscal General. No concibo cómo una persona que se sabe inteligente, formalmente educada y razonablemente bien informada, que supuestamente se guía en su vida por criterios éticos, pueda haber contribuido -al ceñirse convenencieramente a las formas, mientras ignora el fondo- a la inmisericorde defenestración pública, en cámara lenta, de lo poco que queda de positivo en nuestro crecientemente podrido sistema de administración de justicia. El vergonzoso voto de Alejandro Arenales Farner en el seno de la mentada Comisión postuladora, ya denunciado por ofendidos estudiantes y exalumnos de dicha universidad, es en la práctica, irrelevante (“el sistema”, considerando todas las opciones, ya tenía todo previamente “cocinado”); pero altamente simbólico y consistente con el cinismo práctico que exhibe el pensamiento ultra conservador guatemalteco, que fuera de dos décadas excepcionales (1829-39 y 1944-54) ha mal gobernado a Guatemala desde hace ya, al menos, dos siglos. Así habría votado, sin lugar a dudas, el tercer Marqués de Aycinena y “Obispo de Trajanópolis”, el “muy católico y persignado”, hipócrita y vergonzante homosexual, Juan José de Aycinena y Piñol, líder de “los cachurecos”. Pero hoy así sólo votaron los lacayos del gobierno y sus adláteres, la cooptada USAC y las “universidades de papel” (o mejor dicho, de mentiras). La universidades privadas no-ficticias, con excepción de la hoy “des-Unís”, votaron conforme al sentir de la abrumadora mayoría de los guatemaltecos, en contra del podrido sistema, simbólicamente a favor de la esperanza. No sin la resistencia de los ultraconservadores, como la “aprendiz de Marie Le-Pen” de la UFM, quien califica al Dr. Eduardo Mayora de “socialista Gucci” (!)... Los neo-aycinenistas actuales, como los aycinenistas originales de hace dos siglos, justifican su pragmática complicidad con la ignominia, con el miedo que sienten y que logran imbuírle a nuestras asustadas pequeñas burguesías nacionales, de que “de obrar de otro modo... nos joden los que están con la plebe”. Y es cierto que los neo-leninistas guatemaltecos de hoy probablemente coincidan en esto con la mayoría moderada de Guatemala. Y tambíen probablemente estén de acuerdo con esa mayoría en relación a que la tierra es redonda y gira alrededor del sol, pero el supuesto apoyo “de los comunistas” -por efímero, contradictorio y convenenciero que pueda ser- no invalida la incontrovertible legitimidad de aspirar a tener una administración de justicia decente, “pronta y cumplida”...


Mientes, Ruin; el régimen está nervioso...

El acorralado régimen ultraconservador, aliado de la cleptocracia, no sólo ha cerrado filas en todas las instituciones de gobierno, en donde a pesar de que sus partidarios son en Guatemala sólo “la mayoría de la minoría”,ha logrado el control formal absoluto. Además, también ha pretendido justificar su “pacto con el diablo”, con la insistente aseveración de que todos los fallos judiciales de los magistrados no-gobiernistas, son “socializantes”, razón con la que pretenden justificar que las más altas Cortes guatemaltecas estén operando fuera del marco constitucional, burdamente excedidas en vigencia, método y jurisdicción. Para ello, ha conformado un grupúsculo de agresivos sicofantes y corifeos, que despotrican por las redes sociales contra toda disidencia, inician procesos legales espurios contra quienes hayan participado en la lucha contra la corrupción y organizan “masivas” manisfestaciones con sus cien carros de vidrios polarizados, docenas de pancartas y decenas de “camisas blancas y anteojos negros”. Ahí tenemos, por ejemplo, a “Napo” (así apodado en los círculos populares por su curioso parecido a Napoleón III, una mala caricatura de Bonaparte) Mientes-Ruin, de la “Fundación Pro-Zarismo”, secundado por “Cien-palabras-por-minuto”, también conocido como Mr. Yoabrigo Dolo; o Giussepe Paparatti (“abogado y notario”), ambos vinculados a “Guatemala Amoral” y a la “Liga pro-Nutria”; tratando de convencer a los incautos acerca de que “defienden nuestra soberanía” (olvidando a Belice), contra “la chairada” del G-13 (!) y que por eso se justifica que anden insultando y hostigando a valientes mujeres que se enfrentaron a la cleptocracia guatemalteca. Ven “chairos” hasta debajo de las piedras, como los “emprechairos” del CNE; para ellos es “chairo” Dionisio, el exitoso empresario guatemalteco -creador de “Duolingo”- Luis von Ahn, el decano de la URL (Dr. Menaldo), el ex decano y el actual decano de la UFM, el “Tío Joe” Biden, el Partido Demócrata de los EEUU y el Papa Pibe... Para estos patéticos remanentes de nuestros cuasi-fascistoides “anticomunistas”, “la marea roja” (supuestamente auspiciada por el todopoderoso Foro de Sao Paulo y por el omnipresente George Soros) sigue siendo el principal problema nacional, no la corrupción ni nuestro crónico subdesarrollo y ¡gracias a Dios! “tenemos” a “valientes defensores de nuestros valores cristianos” como Donald Trump (!!) o –“cosas veredes, Sancho amigo”- ¡el “osado y brillante” Vladimir Putin (#)!


Pero cualquiera que no sea, digamos, ingenuo, o profundamente ignorante, puede ver que la razón de fondo para tomar por asalto y no soltar el control de todas las cortes de justicia nacionales -a cualquier costo- es impedir que al actual Presidente -y al anterior, junto a sus presuntos cómplices- les pase dentro de un par de años, lo que a Juan Orlando Hernández, “JOH”, le pasó la semana pasada: tener que responder por sus presuntos delitos, sin gozar de la ilegítima y espuria protección del Parlacén. En efecto, a través de su sistema de justicia, ahora ya no tan “tomado” como el nuestro, los hondureños despojaron de su ilegítima inmunidad a los ex Presidentes, que ahora ya no la pueden adquirir “automáticamente”. Dicha inmunidad -y de facto, impunidad- por la condición de diputados natos del actualmente inútil y oneroso Parlamento Centroamericano, ha sido desconocida en Honduras - ¡Ojo, Guatemala! Por eso, además de mantener a las Cortes aherrojadas, la insistencia de la alianza gobiernista en garantizarse a un incondicional en la Fiscalía (tenían “de repuesto”, a Mr. Jorge Luis Donado Aguilar, pero dicen las malas lenguas que “doña Cony” amenazó seriamente “al guacamolón” de las muy graves consecuencias de una “traición”; por lo que el doctor, “parece haber reculado”, aunque “se masque” más, el Tío Sam, a quien “ya le perdieron el respeto”). El resultado neto es el mismo: seguimos con ese sistema en el que diputados que en su mayoría no nos representan, escogen a los jueces que condonan a los funcionarios que a diario nos esquilman, quienes, con sus dineros malhabidos, ¡son quienes “ponen” a los diputados! Y los ultraconservadores quieren que creamos que si la Res-pública (como dirían los romanos) se empieza a arrancar la plaga de garrapatas que le chupa la sangre, la piel sangrante invitará el ataque de las hienas (como CODECA) que rondan en la periferia, listas para -a la menor oportunidad- comerse sus despojos. Convenientemente, CODECA desde ayer está enardeciendo a la ciudadanía de ambos bandos, con su toma de carreteras. No cabe duda: los unos se justifican a los otros, al derecho y al revés...


Pese a sus desplantes públicos, el régimen está intranquilo. Ya sabe que sabemos que “Zandra y Sury son lo mismo”. Por eso, andan ahí con un patético “Plan B”, tratando de imponerle a Meme Conde a los alcaldes, so pena de “no soltarles gasolina”. Pero esta vez no será tan fácil, amable lector. Un amplio movimiento de resistencia ciudadana está en proceso de consolidación. Somos el setenta por ciento. Sólo tenemos que unirnos. La estructura informal de liderazgo de la sociedad se va a involucrar. Con su participación, ciudadano, nos arrancaremos las garrapatas y no permitiremos, tampoco, que nos devoren las hienas...


"Publicado en la sección de Opinión de elPeriódico el 26 de Abril de 2022"

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