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  • Foto del escritorCiudadano Toriello

Cábalas de Martes Santo


Tenemos que desterrar la corrupción de la esfera pública y echar a andar el despegue económico de Guatemala.


Sabemos que Guatemala ha tenido un sistema electoral diseñado para “anestesiar” a la opinión pública y desestimular la auténtica participación política de la ciudadanía. Los grandes titiriteros de nuestro tinglado público decidieron hace ya varias décadas que en una sociedad tan desigual como la guatemalteca era “demasiado peligroso” que se pusiera en práctica una auténtica democracia, con discusiones ideológicas de fondo, con masiva participación de los electores en verdaderos partidos políticos, en los que las soluciones a los problemas nacionales se discutiesen en foros abiertos y en los que los candidatos se escogieran democráticamente. Por eso “nuestras alegres elecciones” siempre han sido un banal ejercicio mercadológico en el que “se vende” una “opción política” (cocinada en la oscuridad por un grupúsculo) a base de “posicionar” símbolos y cortas expectativas en la mente del electorado, mediante una incesante repetición, visual y auditiva, hasta que se conviertan en reflejo inconsciente, en voto “alineado”, como ocurre, también, en la compra, digamos, de un nuevo detergente. Oiga, vea y vote, y después, cállese la boca (hasta dentro de cuatro años, cuando se repetirá el baile). El sistema no quiere que usted realmente “se meta en política”, lo prefiere como casi siempre lo tiene: desvinculado de los partidos, apático, desinteresado, convencido de que “la política es sucia” y de que “todos son iguales”, de que “no vale la pena”… Y así, desde la puesta en vigencia de la Constitución de 1985 (antes de eso, el sistema era aún peor), dos recetas fundamentales, “sanitizadas”, han “competido” en ese amañado mercado electoral: (i) la que cínicamente promete sacarnos de nuestras miserias mediante el reparto de lo ajeno (lo que hoy Venezuela y Nicaragua han demostrado, hasta la saciedad, que no funciona); y la que promete que “si no hacemos olas”, el sistema “conservado” eventualmente “derramará” prosperidad sobre nuestras empobrecidas mayorías, aunque eso quizá lo vean, con suerte, los hijos de nuestros nietos… La odiada (por la mayoría de nuestra minoría) “CICIG de Iván”, al desnudar en público cómo se “financiaba” el “mercadeo político” de estas dos opciones, ninguna de las cuales realmente nos sirve, hizo que este viejo sistema político entrara en crisis y por eso, no solo se provocó la debacle de Baldizón, sino que hoy el viejo sistema se cae a pedazos frente a nuestros ojos, aunque aún no se vea claro que saldrá de sus escombros…


El temor de nuestros conservadores es que de las viejas “maquinarias electorales” solo sobrevivió la de la UNE, con Sandra de nuevo ofreciendo “redimir al pueblo” con el reparto de lo ajeno (mientras ella se hace más millonaria). Además, “también culpa de la CICIG”, Thelma es otra opción “sin tanta tacha” del mismo credo político. Por eso, al margen de su rol en “el jueves negro”, de sus relaciones con significadas figuras de nuestro reciente pasado corrupto (su hermano y el “Rey del Tenis”, por citar solo dos ejemplos), de su “flexibilidad matrimonial” y otras contradictorias características, Zury, carta ya conocida por el electorado, ha emergido como la esperanza de los que “no quieren que nada cambie”, incluyendo a aquellos a los que les gusta golpearse el pecho o seguir las directrices de uno que otro gurú “de la Marro”. Pero ese apasionado 15 por ciento que la ha canonizado no tendrá más que “el recurso del llanto” cuando la CC ratifique su quizá injusto pero claramente taxativo impedimento constitucional para ejercer la Presidencia de la República, lo cual pareciera está a punto de ocurrir. También es previsible que el “boicot” de la extraña alianza entre Sandra y los conservadores, a la candidatura de Thelma, se mantenga mediante argucias legales, de manera que la CC “conozca” su eventual “amparo” hasta después de pasado el evento electoral. Y eso que su auténtico “talón de Aquiles” (su relación con “el Gato” Herrera y la fuga de Sinibaldi) aún no ha surgido plenamente a la palestra… En dos platos: ni Zury ni Thelma parece que podrán competir por la Presidencia de la República en este 2019. Lo que nos lleva a analizar un cuadro incierto: entre dos docenas de desconocidos, en ocho semanas, con toda suerte de impedimentos legales y prácticos, la ciudadanía tendrá que escoger a uno de los que el sistema electoral habrá convertido en “los siete enanos”. Todos ellos aspiran a convertirse en el “antídoto” de Sandra. Pero solo uno de ellos será “el ungido” por “el dinero legal” y con ello, en las últimas seis semanas, con ese pisto hoy ausente, se intentará crear “el momento, la inercia” que conduzca a que un electorado confundido y desmotivado, lo haga Presidente. Ahórrese energía cerebral, ciudadano: “el kaibil oficial”, no será, “los del pisto” saben que lo oficial aquí, hoy no repite; el afrancesado, tampoco, “es un agente solapado de la ONU”; el “doctor Palo” Giammattei, quien era Director del Sistema Penitenciario cuando “silenciaron” a los autores materiales del crimen de los salvadoreños del PARLACEN, a pesar de estar guardados bajo siete llaves en la cárcel del Boquerón, con sus nexos a cuestionados exmilitares que presagian el retorno a un pasado oscuro, es algo que muy pocos quieren; “Harry Potter”, el nerdito de colegio extranjero, es virtualmente invendible al pueblo; Roberto, un mal chiste; entre un cuasi-extranjero, inviable y una bola de “bisneros” impresentable, no hacemos otro. Queda un emprendedor surgido de las entrañas del pueblo, nacido en Joyabaj, Quiché: moderado, honesto, preparado. El doctor Luis Velásquez Quiroa, la opción inteligente…


¿Que qué puede hacer usted, ciudadano? Primero: infórmese y converse del asunto con parientes y amigos, no deje que Guatemala pierda otra oportunidad. Hoy que tiene unos días de descanso, vaya a “www.ciudadanotoriello.com” y “baje” la “Plataforma Ideológica y Programática” que un grupo de militantes del Partido UNIDOS discute en el seno de esa entidad. No diga que no hay propuestas, eso no es cierto: ahí se parte de un riguroso análisis histórico y se aterriza con un diagnóstico social y en una propuesta política concreta. Segundo: no vaya a dejar de votar, enterremos al último remanente de la vieja política, en las urnas. Habrá nuevas revelaciones y el pueblo estará receptivo a las opiniones de gente seria, como usted. Tenemos que desterrar la corrupción de la esfera pública y echar a andar el despegue económico de Guatemala. Tercero: involúcrese. No siga quejándose de que el sistema no sirve, mientras usted cómodamente se mantiene al margen. En los próximos cuatro años, escoja un Partido y participe. Tenemos que forzar a los partidos a explicitar sus ideologías, a debatir internamente, a hacer elecciones primarias, a volverse verdaderos Partidos, con cientos de miles de afiliados, que dando “cincuenta pesos anuales por shola”, hagan innecesaria la presencia de “los financistas”. Tiene usted una cita con la Patria, ciudadano. Recuerde que la Historia es lapidaria: cada pueblo tiene el gobierno que merece…

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